Es mucho más que el propietario de uno de los mejores restaurantes de Córdoba y Andalucía. Es toda una institución y la historia viva de la gastronomía. Tiene marcada esta actividad en su código genético, pues su padre fue tabernero de Casa Ramón. A partir de los 15 años asumió la responsabilidad de ese negocio. Desde que abrió El Caballo Rojo, su actividad fue encaminada a la investigación gastronómica. Su cocina ha estado presente en todo el mundo. Destacan entre sus reconocimientos la Medalla de Oro de Córdoba, de la Escuela de Turismo, de Plata de la Junta, Oficial de la Orden de Isabel la Católica y de Oro al Trabajo.