Antonia Tamayo vive en el número 6 de la avenida de Almogávares. Ella es una de las 30 personas afectadas que dentro de poco tendrán que dejar su casa o su local para que puedan hacerse realidad los planes urbanísticos previstos en la zona conocida como Zumbacón. Antonia ya está buscando piso en otro lugar, ya que en estos días tiene previsto firmar con Neinor Homes el acuerdo por el que recibirá una indemnización por su desalojo, tras el que «nos dará tres o cuatro meses para irnos». «Estamos buscando un piso que me cueste más o menos como lo que me dan por este», asegura, «pero te lo trastocan todo, porque tienes tu vida hecha y te tienes que ir a otra zona en la que no conoces a nadie». En su bloque hay seis viviendas afectadas, a las que se suman otras seis del edificio colindante, más la farmacia, un taller, un local y otros dos inmuebles más con cerca de una veintena de pisos afectados por esta operación.