Afortunadamente todo quedó en un susto, pero la primera hora de la mañana de ayer en la calle Sagunto tuvo a los vecinos de la zona de Los Apóstoles angustiados y preocupados. Tres niñas permanecían en el interior de un piso en el que su padre se había recluido y no dejaba entrar a nadie.

El revuelo de la presencia policial, de los bomberos y de la ambulancia no pasó desapercibido y unos desde el bar, mientras desayunaban, otros desde sus balcones, nadie quedó indiferente a lo que ocurría en el bloque 37. Cuando todo pasó, el suceso se convirtió en el tema de conversación.

Las mujeres, a las puertas del supermercado, se sorprendían de lo que le había ocurrido a la vecina con la que ayer habían estado conversando y daban señales de quiénes son, de cómo son y de cómo habían llegado hasta esta situación.

Un susto, en esta ocasión solo ha sido eso, afortunadamente para todos.