Caracol Express, empresa cordobesa dedicada a elaborar y vender caracoles a toda España, es un negocio que se remonta a una tradición familiar de hace más de 50 años, cuando Carmen, la abuela de Carlos Muñoz, propietario de la firma, vendía por el Zumbacón con su carrito al grito de "hay caracoles guisados", a lo que los niños le respondían "fritos y pachurrados ". Luego los padres de Carlos (Carmelo y Carmen) montaron un quiosco de caracoles en la avenida de El Cairo (hoy situado en la Cuesta de Fátima), en el que el propietario de Caracol Express ya limpiaba vasos con sólo 8 años. Carlos Muñoz unió su vida a la de Mari Cruz Pérez cuando eran unos adolescentes, siendo ambos muy emprendedores. Hace casi 30 años que pusieron en marcha Caracol Express, una firma en la que al principio sólo trabajaba este matrimonio y que ahora tiene 40 empleados, lo que enorgullece a esta pareja, amantes de su ciudad y preocupados por el paro que lastra a la misma. "Desde 1987 el negocio ha crecido un 200%. En la actualidad contamos con tres quioscos de caracoles (glorieta de Chinales, frente a la estación de autobuses y en la avenida de Granada); con una fábrica en La Torrecilla, donde preparamos y envasamos los caracoles, y lo último ha sido la apertura en diciembre de una franquicia (en la avenida Agrupación Córdoba), llamada Caracolexpress Forever, que consiste en que hemos tematizado un quiosco de caracoles dentro de un local, lo que también se ha podido ver en el Mercado Victoria. La idea ha gustado mucho fuera de Córdoba, donde los caracoles se consumen todo el año, no sólo en primavera, de modo que estamos ultimando detalles para que se abran franquicias en la costa levantina, Madrid o Barcelona. Hasta los chinos nos han visitado porque tienen interés en montar quioscos en su país, ambientados con música flamenca", cuenta Carlos Muñoz. La franquicia que existe en Córdoba incluye un quiosco tradicional de caracoles pero también sirve otros platos para el que no le guste este molusco.

El secreto de Caracol Express es dedicación e innovación y, sobre todo, la receta para cocinar los caracoles que ha pasado de generación en generación, desde la abuela de Carlos, hasta que llegó a él, a su mujer y sus 2 hijos, que están uno al frente de la franquicia y la otra en el puesto de la estación de autobuses. "Cuando teníamos sólo los quioscos venían de bares y restaurantes a comprarnos caracoles porque les gustaba nuestro toque. Cada vez nos pedían más porque no tenía sentido que cada dueño de un quiosco preparase su propio género, así que hace una década montamos la fábrica. Actualmente vendemos a bares y restaurantes de Córdoba y de toda España. También a los supermercados Deza y por internet. Y nos los demandan a su vez para catering de bodas y otros eventos. Los pedidos a puntos más lejanos como Barcelona, Madrid o Cantabria los envíamos con una empresa de paquetería en frío", explica Mari Cruz Pérez.