La Fundación Antonio Gala es el sueño del escritor hecho realidad, un anhelo que vio cumplido al comienzo del siglo XXI, cuando «el éxito literario le permitió la comodidad económica» para abrir las puertas de su proyecto al talento de los jóvenes creadores, como explica el director de la Fundación, José María Gala.

El proyecto, cuenta José María Gala, comenzó a rondar por la cabeza de Antonio Gala en su juventud, fruto de su convivencia con el Grupo Cántico, donde «coincidían pintores con escritores». Aquella vivencia le hizo soñar con un lugar «en el que trabajaran juntos creadores de distintas disciplinas». Y se puso a la obra a mediados de los años 90. En su búsqueda de un espacio idóneo contó con la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba y de Cajasur y, tras visitar varios edificios, se decidió por el convento del Corpus Christi, asesorado por el arquitecto Rafael de la Hoz Arderius, responsable de la rehabilitación del inmueble.

La primera promoción de jóvenes llegó en el 2001 y desde entonces no ha parado. Quizá hayan hecho realidad el deseo del escritor de que con el tiempo «ellos mismos se reconozcan» en «el paso por esta casa».