La subida del petróleo en las últimas semanas hará que el año empiece con incrementos en los carburantes y en la tarifa regulada del gas, así como en el mercado mayorista eléctrico que presionará al alza el recibo de la luz. A pesar de que el Gobierno ha congelado los peajes, que suponen la mitad de los recibos de luz y gas, la otra parte, el componente energético encarecerá las facturas. En el caso del gas, la tarifa de último recurso (TUR) subirá una media del 3,5% a partir de enero. En la electricidad, y tras la implantación del nuevo sistema en la tarifa regulada o PVPC, el incremento del recibo dependerá de cómo evolucione el mercado mayorista, al alza desde hace unas semanas, por lo que también aquí se esperan precios más altos. Por su parte, la bombona de butano empezará el año con el precio de 12,28 euros que marcó en noviembre y que se mantendrá hasta que se revise el tercer martes de enero.

Sobre los carburantes, han terminado el año en máximos anuales (1,215 euros para el litro de gasolina y 1,105 euros para el de gasóleo) tras unas semanas de fuertes repuntes que, previsiblemente, se prolongarán en el arranque de 2017.

En telecomunicaciones, Telefónica también vuelve a congelar su cuota de abono, que se mantiene en 14,33 euros, un precio que no ha variado desde el 2013. Correos aplicará a partir del próximo 1 de enero una subida de 5 céntimos de euro para la carta nacional ordinaria, que pasará a costar 0,50 euros. El año también empieza con el nuevo salario mínimo interprofesional (SMI) que subirá un 8%, hasta 707,60 euros, el mayor incremento anual de los últimos 30 años. Muy por debajo de esta subida de la retribución mínima se quedará la actualización de las pensiones, que solo suben el 0,25% en el 2017, el mínimo establecido en la ley que desligó esta prestación pública de la evolución de la inflación.

En el capítulo de impuestos, el importe que pagan anualmente los propietarios de viviendas, locales y terrenos en concepto del impuesto de bienes inmuebles (IBI) subirá a partir de enero en 1.895 municipios españoles, mientras que bajará en 557 localidades. La variación se deriva de la actualización del catastro.