La XXXII Cata del Vino Montilla Moriles encara el fin de semana con el respaldo del lleno absoluto de las jornadas precedentes. "Este año está bastante más animada que el pasado", afirma Antonio Olivares, propietario de Bodegas Olivares de Montilla, mientras ofrece un palo cortado "que está gustando mucho". "Mis vinos son naturales, nada de vinos de laboratorio. Nosotros no somos químicos, somos bodegueros", dice dirigiéndose a su hermana Luisa, que para aumentar el público que asiste a la cata propone montar una ludoteca. "Muchos padres no vienen por los niños, pero si hubiera juegos para ellos quizá vendrían más", comenta. A su estand se acerca Francisco Castro, uno de los venenciadores y cortadores de jamón más famosos de Córdoba. "Lo de la venencia tiene que gustarte mucho. Llevo desde los 17 años haciéndolo", explica, al tiempo que rechaza una copita. "En acto de servicio ni bebo, ni como jamón", apunta este cordobés que, además de trabajar en el Consejo Regulador, tiene su propia empresa, Arte y Tradición.

Soy mucho más que vino. Soy tu próximo destino . Bajo este sugerente título se presentó ayer, en el marco de la cata, la Ruta del Vino Montilla-Moriles. Esta asociación empresarial nacida en el 2001 aúna al sector público y privado para ofrecer una propuesta de turismo, patrimonio, enología y gastronomía en diez municipios de la Campiña con el vino como hilo vertebrador. A esta presentación asistió el presidente de Hostecor, Antonio Palacios, para quien el vino es "uno de nuestros grandes embajadores" y la cata, "la muestra de lo importante que es el sector agroalimentario en la provincia". Además en la jornada de ayer se celebraron varias catas dirigidas --los socios de la ACRP disfrutaron de una de ellas-- y hoy tendrá lugar la última, a cargo del Grupo Pérez Barquero.