Aunque ya han pasado las fiestas de Navidad, la solidaridad sigue siendo necesaria. Las necesidades de los más desfavorecidos siguen siendo las mismas cuando los Reyes Magos han iniciado su retorno a Oriente y las luces de las calles, aunque aún no han sido retiradas del todo, ya no llenan las noches con sus bombillas multicolores. Lo que no se ha retirado de las calles --es más, se ha incrementado-- es el frío, que hace que los indigentes tengan más difícil aún su subsistencia.

Un lugar bien conocido por las personas necesitadas que sobreviven como pueden en las calles cordobesas es el comedor de transeúntes San Juan Bautista de la Concepción, situado en las inmediaciones de la iglesia de los trinitarios y regentado por religiosos de esta congregación, que llevan ya catorce años alimentando a quienes no tienen en Córdoba ni casa ni familia ni medios económicos.

PALABRAS RECORDADAS

Aquí se manifiesta la veracidad de las palabras pronunciadas más de una vez por el obispo emérito José Antonio Infantes Florido: "Los servicios sociales de las administraciones públicas están muy bien, pero todavía, cuando se trata de cubrir necesidades inmediatas, como la de comer ahora mismo, hay que recurrir a la Iglesia".

El comedor San Juan Bautista de la Concepción reparte diariamente su menú a unos sesenta necesitados: son personas que están de paso en Córdoba o que simplemente carecen de los medios económicos imprescindibles para pagarse un almuerzo o una cena en una casa de comidas.

También eran numerosos los reclusos que, una vez cumplida su condena de prisión, salían a la calle y no disponían de dinero, aunque últimamente, tras el traslado del centro penitenciario, este grupo ha disminuido. Curiosamente, a primeros de mes vienen menos necesitados, y en los últimos días del mes son más, seguramente porque --a quienes disponen de él-- se les va acabando el salario social que da el Gobierno". Aquí, además de alimentación, disponen de duchas y ropero donde poder asearse.

Para que este comedor funcione adecuadamente se cuenta con un equipo de treinta voluntarios, que de forma completamente desinteresada preparan las comidas, disponen las vajillas y realizan los trabajos de limpieza.

Y algo muy importante: este comedor funciona sin ningún tipo de ayuda pública, y se sostiene exclusivamente a base de aportaciones en metálico o en especie --alimentos no perecederos fundamentalmente-- realizados por personas privadas o asociaciones religiosas.

CUENTA CORRIENTE

Para que la llamada a la solidaridad no se olvide una vez pasadas las fiestas de Navidad, los hermanos trinitarios mantienen durante todo el año una cuenta destinada a recibir las ayudas económicas de quienes deseen colaborar; la cuenta corriente permanece abierta en Caja Madrid y tiene el siguiente número 2038--5851--60--6200012508.