Los seis clubs deportivos que gestionan las ocho salas de barrio que hay en Córdoba están ya pagando a pulmón los servicios que prestan. El Ayuntamiento no podrá compensar este mes el déficit que producen dichos servicios, después de que la Intervención municipal haya desautorizado cualquier pago a estos clubs desde el 1 de enero del 2018. De hecho, en diciembre se logró abonar, pero con dificultad --después de levantar un reparo de la interventora--, la última mensualidad. Desde el Imdeec se ha pedido a los clubs que esperen un poco más, ya que aún no se dispone del informe de la asesoría jurídica sobre este problema derivado de las diligencias previas abiertas por el Tribunal de Cuentas de Andalucía contra la concesión de las ayudas municipales, que ascienden a unos 300.000 euros anuales, y que se han estado dando a estos clubs desde hace años para compensar el déficit de explotación a cambio de que mantengan precios públicos en estas instalaciones. El órgano fiscalizador, que entiende que se han dado por contrato subvenciones no previstas en los pliegos de contratación alterando la libre competencia, prohibió seguir haciéndolo.

El tiempo de espera, en cualquier caso, podría concluir con lo que más temen los clubs: que salga a concurso la concesión de estos espacios. Fuentes del Imdeco explican que «la única vía que se está viendo es que salgan a licitación, si bien se baraja que después no se aplique el mismo modelo para todos». Estas mismas fuentes indicaron que el riesgo actual es que las entidades que gestionan las salas de barrio «pongan las llaves encima de la mesa y digan hasta aquí hemos llegado, por lo que habrá salas de barrio hasta que los clubs aguanten».

Los clubs y entidades deportivas afectados por la decisión del Tribunal de Cuentas son el Adesal, que gestiona la sala de barrio de Fuensanta; el club Adecor, que gestiona las de Guadalquivir y Valdeolleros; club Adeba, Naranjo y Margaritas; el club Trotacalles, Ciudad Jardín; Apademar, en Fátima, y la empresa Soluciones y proyectos (Solypro), que mantiene en funcionamiento las pistas del Santuario.

Otras entidades deportivas que deben regularizar su situación también son las que gestionan los campos de fútbol municipales, ya que todas (cada una por una casuística distinta) están a día de hoy en precario. El Ayuntamiento les dio un tiempo para ponerse al día, si bien quiere acabar con esta irregularidad en el primer trimestre del año.