El cuadro de San Rafael, obra del siglo XVII del pintor cordobés Antonio del Castillo, permanecerá en el pasillo de la zona noble del Ayuntamiento de Córdoba después del debate abierto en la ciudad y en la redes sociales a raíz de que el gobierno municipal haya comenzado a dar pasos sobre el cumplimiento de la Constitución respecto a la aconfesionalidad del Estado y su aplicación en las instituciones. El hecho de que la alcaldesa, Isabel Ambrosio, ordenara la pasada semana el traslado a los museos municipales de un crucifijo que siempre ha ocupado una de las vitrinas de la Alcaldía y del anuncio de que cualquier símbolo religioso en un edificio municipal correría la misma suerte, abrió un debate de envergadura sobre todo en facebook , donde se creó la página "No me toques a San Rafael" a la que se adhirieron miles de internautas.

A media mañana de ayer, el Ayuntamiento de Córdoba remitió una nota de prensa en la que la alcaldesa informaba de que "el cuadro de San Rafael, realizado por el pintor cordobés del barroco Antonio del Castillo, permanecerá en el Ayuntamiento y que en ningún momento se ha planteado que abandonase su ubicación en el vestíbulo del salón de plenos del Consistorio". La nota continúa afirmando que Ambrosio quiere aclarar "cualquier tipo de duda sobre el emblemático cuadro de San Rafael, a raíz de que el gobierno municipal haya comenzado a dar pasos sobre el cumplimiento de la Constitución respecto a a la aconfesionalidad del Estado y su aplicación en las instituciones". Añade que "se trata de una obra de arte que representa al custodio de la ciudad y una figura clave de la idiosincrasia cordobesa, de manera que el lugar que corresponde al cuadro de Antonio del Castillo es el que actualmente ocupa en la sede de Ayuntamiento de Córdoba", aseveró la alcaldesa. Agradeció "el interés de los cordobeses que se han preocupado por este tema y que han canalizado sus opiniones ante una polémica o unas dudas comprensibles --sobre todo por el enfrentamiento que han pretendido generar desde el PP-- pero que no tenían razón de ser".

A la polémica suscitada se unió la Hermandad de San Rafael, cuyo hermano mayor, Julián Hurtado de Molina, expresó, antes de conocer la decisión de Ambrosio, el "malestar" de su hermandad ante el traslado del cuadro porque, según dijo, "pudiera generar y de hecho está generando entre miles de cordobeses creyentes y no creyentes por cuanto pudiera suponer de menoscabo a una importantísima obra de arte de indudable valor cultural, de menosprecio a nuestra historia y de agravio a la religiosidad popular cordobesa, teniendo en cuenta que el arcángel San Rafael es custodio de Córdoba y el regidor perpetuo de nuestro Ayuntamiento, siendo este consistorio el histórico impulsor de la figura del arcángel tutelar como seña de identidad cordobesa que siempre ha respetado".

El portavoz de Ciudadanos, José Luis Vilches, dijo que "San Rafael es en Córdoba más que un símbolo religioso, es parte de nuestra historia y cultura".