El convento de Santa Isabel permanecía ayer cerrado a cal y canto. Un cartel en la puerta avisaba del traslado a la iglesia de Santa Marina de la imagen de San Pancracio, al que muchos cordobeses visitan cada miércoles para rezarle y rogarle salud y trabajo. Los que ayer acudieron al convento para cumplir con esa costumbre secular se mostraban sorprendidos, aunque ya estaban avisados. Al continuo trasiego ante su puerta se sumaba un incesante entrar y salir de devotos en Santa Marina, donde encontraron la imagen nada más acceder al templo.

San Pancracio se encuentra en Santa Marina desde el jueves. Allí se puede visitar todos los miércoles y también el resto de la semana, según explica el párroco de Santa Marina, Manuel Montilla, que asegura que ahora hay más posibilidades de verlo. El motivo del traslado, que es «definitivo», ha sido «la desaparición de la comunidad de religiosas del convento de Santa Isabel de los Ángeles, que está en proceso de compraventa». Ante la preocupación suscitada por el cierre del convento, Manuel Montilla, que considera San Pancracio como «uno de nuestros feligreses», ha mantenido negociaciones con las clarisas, que han derivado en el traslado. Desde que está en Santa Marina, la imagen ha recibido muchas visitas, que se multiplicaron ayer. Montilla asegura que está también negociando el traslado de otras imágenes.

El cambio no ha sentado bien a muchos de los devotos de San Pancracio. «No nos ha gustado, el convento era su sitio de toda la vida y debían haberlo dejado allí». Así de tajantes se mostraron Paqui Moreno y Mari Carmen Lozano, que echan en falta otras imágenes que había en el convento junto a San Pancracio. «Muy mal» le parece a José Antonio Núñez, que considera «una vergüenza», ya que «una cosa es una entidad mercantil y otra una orden religiosa y cuando se mezclan las dos cosas pasa esto». Tampoco satisface el cambio a Federico Moyano, que visita cada miércoles a San Pancracio «porque me gusta y creo en él».

A otros fieles, en cambio, no les parece tan mal. Julio Garrido considera que «lo han puesto en buen lugar y esto es más grande que la capilla que tenía». Tampoco ve mal la nueva ubicación María Pérez, a la que le da «igual que esté en un lado o en otro». También le gusta a Juan Salinas, que considera que la imagen «está bien aquí», apreciación que comparte Mari Carmen García, que señala que «a San Pancracio lo visita media Córdoba y parte de la otra».

El trasiego no pasó desapercibido para un grupo de turistas. Paseando por Santa Marina, Carmen Aguilera, José Antonio Bañares y Concepción Avilés (los dos primeros de Valladolid y la tercera, cordobesa que vive en Madrid), se vieron sorprendidos por la incesante devoción a San Pancracio. A Carmen no le parece bien «que un convento, que es patrimonio, se venda».

Cabe recordar que el actual marqués de Villaseca demandó a las clarisas en diciembre reclamando el patronato del convento fundado por Marina de Villaseca. Entonces, la abadesa comisaria pontificia aseguraba que «en la venta quedará totalmente salvaguardada la devoción secular a San Pancracio dentro del recinto del monasterio».