Una semana después de que un accidente en Oleícola El Tejar (en Pedro Abad) provocara un importante vertido de orujo en el Guadalquivir a su paso por Córdoba el río se recupera, aunque la Confederación Hidrográfica ha ofrecido datos de una de las consecuencias más visibles y es que ha entregado 4,5 toneladas de peces muertos a la empresa municipal Saneamientos de Córdoba (Sadeco) para su eliminación.

El jefe de zona de la CHG en Córdoba, Pedro Escribano, concretó ayer que este es el balance con las cifras cerradas hasta el domingo pasado, detallando que la mayor parte de estos animales tienen dimensiones pequeñas, de entre 100 gramos y 200 gramos, por lo que son miles los afectados por el incidente. En cuanto a la especie, indicó que la mayoría son alburnos, aunque también hay barbos y carpas.

Sobre la situación de la mancha que días atrás pudo observarse en la capital, precisó que esta ya ha pasado al bajo Guadalquivir, que se corresponde, prácticamente, con la provincia de Sevilla. En esta línea, Escribano subrayó que en el tramo que pasa por la provincia de Córdoba los niveles de oxígeno ya son normales, a pesar de que llegaron a quedarse a cero con el vertido, mientras que más adelante son «casi» normales y continúa percibiéndose un cambio en el color del agua. Preguntado por el análisis de la situación de los metales pesados en el río, apuntó que esperan tener los resultados la semana que viene. La mancha de orujo ha permanecido alrededor de una semana en la provincia de Córdoba y el jefe de la CHG ha destacado el desembalse de agua por aliviaderos realizado en El Carpio, Villafranca, el azud de Alcolea y el de Lope García para mejorar la oxigenación.

De otro lado, el responsable de vertidos para Córdoba y Jaén de la CHG, Juan Antonio Navarro, hizo hincapié ayer en que no se había visto antes un incidente de estas características en la cuenca del Guadalquivir, a excepción de lo ocurrido en el río Genil en marzo del año 2002. Sobre este vertido, recuerda que «fue más cantidad y no se consiguió que se diluyera el alperujo», y que «llegó hasta Lora del Río». En este sentido, comentó que «todos los años tenemos vertidos de almazara, pero suelen ser aguas de lavado y en mucho menos volumen», mientras que «el orujo que se ha vertido (recientemente) puede ser 100 o 200 veces más contaminante». Así, detalló que llevar al río estas sustancias «está absolutamente prohibido», precisando que la Consejería de Agricultura es competente en el control de las balsas. Este responsable describió el accidente ocurrido el pasado 19 de junio como «muy serio» y explicó que «el oxígeno subió mucho a partir de Posadas, en parte por los desembalses para riego».

De otro lado, el subdelegado del Gobierno en Córdoba, Juan José Primo Jurado, expresó ayer su «condena y lamento» por el «daño ecológico» producido, insistiendo en que la CHG «ha abierto expediente» a El Tejar y esta será la que determine «el grado de culpabilidad y el tipo de sanción que se le tendría que imponer».

Este periódico trató de contactar ayer con la empresa para conocer las causas del accidente o las medidas que adoptará para evitar que se repita, pero no tuvo éxito. Primo Jurado estimó que «el peor tramo quizá haya sido desde el vertido hasta Córdoba capital», y abundó en que «ha sido Tragsa, una empresa pública dependiente del Ministerio de Agricultura, quien se ha encargado de recoger en un tiempo récord los peces muertos provocados por este vertido».