Un hombre acusado de maltratar durante unos 20 años a su pareja negó ayer los hechos en el juicio y achacó la denuncia de su exmujer a que esta quería quitarle "de en medio" para "meter otro hombre en la casa". Sin embargo, la mujer relató "patadas y puñetazos", insultos y agresiones a sus cinco hijos por parte del inculpado durante toda su convivencia, unos hechos que no denunció antes "por miedo". El fiscal pide para él una pena de tres años y once meses de prisión.

El acusado admitió discusiones con su mujer porque, según sostuvo, ella le pegaba a los hijos, pero negó que le diera bofetadas, le tirara petardos o le quemara con un cigarrillo en las manos. También que le impidiera ver a su familia, que le controlara la forma de vestir o los gastos. Sin embargo, la mujer mantuvo que las patadas, los guantazos y los insultos eran algo habitual, que el hombre pegaba a los hijos con una vara y que "estaba siempre" bebido. Preguntada por qué no lo denunció antes, la mujer dijo que por "temor" y porque "me amenazaba con quitarme a mis hijos si lo denunciaba".

El fiscal sostiene en su escrito de conclusiones provisionales que durante los 21 años de relación el acusado "siempre se mostró muy agresivo con su esposa, propinándole continuamente guantazos, puñetazos, patadas, zamarreos y presiones sobre el cuello, llegando a apagar cigarros en su propio cuerpo". Además, relata que desde el inicio de la relación, cuando ella tenía 12 años de edad, "comenzó a anunciarle que iba a matarla a ella y a su familia", al tiempo que "con frecuencia" la insultaba, "controlaba todo lo que hacía, administraba todo el dinero de la casa exigiéndole todas las facturas y le recriminaba siempre que gastaba mucho". También indica que "criticaba su aspecto" y no le permitía tener relación con su familia ni con los amigos.