Alrededor de medio centenar de personas participaron en el acto de homenaje a Miguel Ángel Blanco que Nuevas Generaciones (NNGG) de Córdoba convocó ayer por la tarde en la ciudad coincidiendo con el 19º aniversario de la muerte del edil de Ermua a manos de ETA. La cita era en el monolito en memoria de las víctimas del terrorismo, ubicado en los Llanos del Pretorio.

El presidente provincial de NNGG, Agustín López, leyó un manifiesto en el que señalaba que el objetivo del encuentro de ayer era «recordar a Miguel Ángel Blanco y a todas las víctimas del terrorismo, y dar sentido y significado a su memoria». De hecho, los actos se sucedieron ayer por todo el país «para reafirmar la importancia de una memoria ética, social y política que nos haga más libres y más capaces de resistir las adversidades y construir una convivencia y un país del que podamos sentirnos orgullosos, desde el ejemplo permanente de las víctimas del terrorismo».

En su lectura, Agustín López afirmó que «no podemos bajar la guardia, ya que también el terrorismo yihadista sigue amenazando nuestras libertades. Debemos extraer las mejores enseñanzas de la larga lucha contra el terrorismo interno sufrido en España para enfrentarnos a los fundamentalistas de cualquier credo o ideología». Especialmente, añadió, «debemos estar atentos a los riesgos de la fanatización de las ideas, caldo de cultivo de las acciones terroristas. Es fundamental defender nuestros valores y principios éticos y constitucionales como muro de contención contra el totalitarismo, el sectarismo, la intolerancia y el fanatismo nacionalista, especialmente entre los más jóvenes». A juicio del presidente provincial de NNGG, Miguel Ángel Blanco «y el testimonio y el sacrificio de miles de víctimas del terrorismo son un referente social que jamás vamos a olvidar».

Además de Agustín López, al acto de ayer asistió la plana mayor del PP de Córdoba, encabezada por el presidente provincial, José Antonio Nieto; el secretario general, Adolfo Molina; el portavoz en el Ayuntamiento de la ciudad, José María Bellido, o la presidenta nacional de Nuevas Generaciones, Beatriz Jurado, entre otros.

Después de la lectura del manifiesto, se procedió a depositar en el monolito un ramo de flores con la imagen de Miguel Ángel Blanco, asesinado un 13 de julio del año 1997.