De la misma forma que en Arroyo del Moro el barrio está notando ya un impulso más que significativo, a tres semanas de que las primeras de las 9 sedes judiciales desperdigadas por céntricos barrios comiencen su mudanza a la nueva Ciudad de la Justicia, también hay zonas del Centro en las que la vida cotidiana se verá afectadas, en este caso negativamente, por la enorme reorganización de sedes de la Administración de Justicia en la ciudad.

Por supuesto, no se puede dramatizar. «Por mucho que pase... el Centro siempre va a seguir siendo El Centro», sentencia Miguel Jurado, responsable del local Malaparte, en 12 de octubre, que ayer reabrió tras una reforma y después de ampliar la oferta de cocina en la que se tenían muy en cuenta las nuevas circunstancia de la vida en la zona tras el próximo traslado de los cercanos juzgados de Familia y de lo Social en septiembre.

De hecho, Familia, Lo social y el Registro Civil serán de los primeros en estrenar los 50.895 metros de las instalaciones en la Ciudad de la Justicia, todo ello junto al Instituto de Medicina Legal, que dejará sus actuales instalaciones de Gran Vía Parque. «Ya habíamos hecho nuestras encuestas y calculado que perderemos un 20% en los desayunos. Más aún los viernes, los días de bodas, pero no tiene por qué afectarnos si se trabaja en otra línea», explica Jurado.

Más complicado lo tienen, por ejemplo, en el entorno del Palacio de Justicia, que terminará su mudanza en diciembre y donde está el grueso de los 655 funcionarios que al final se concentrarán en la Ciudad de la Justicia. Aquí sí que puede notarse con mucha más dureza la marcha de servicios de la Administración de Justicia, aunque ya hay quien ve una oportunidad tras el anuncio de la Junta de Andalucía de que el inmueble será reformado y modernizado para otros servicios de la Junta, todo ello con una inversión de unos 2 millones de euros y a lo largo de más de un año. Así, más que desayunos a abogados con sus clientes, ya hay algún dueño de local (que no quiere darse a conocer) que piensa en ofrecer menús para trabajadores de las futuras obras. Reinventarse o morir,