Primer día de trabajo y primeras impresiones sobre el edificio de la Ciudad de la Justicia. Las nuevas dependencias del Registro Civil albergaban ayer a funcionarios, materiales todavía sin colocar y a usuarios, con la resaca típica de una mudanza de tal envergadura (todavía no lo han recibido todo) y tratando de atender al público u orientar a los despistados que se acercaban para preguntar.

Un trabajador lamentaba que «este espacio es mucho más pequeño que el de 12 de Octubre» y tiene un «ruido brutal», ya que el mostrador de atención al público está junto a la puerta por la que entran y salen funcionarios y otros profesionales, así como ciudadanos que acuden tanto al Registro como al juzgado de Primera Instancia 5. A esto se añade que, según afirmaron, los trabajadores deben compartir su aseo con el del salón de bodas y, por ejemplo, el viernes (que ya se celebran casamientos) le han indicado que no pueden utilizarlo. Esta fuente explicó que, dados los últimos planteamientos del Gobierno central sobre estos órganos (en el 2015 las protestas obligaron a detener su privatización) «quizá cuando planificaron el edificio no contaron con él».

La «falta de privacidad» fue otra de las críticas planteadas por los trabajadores, que detallaron que la cercanía de unos a otros dificulta que no se escuchen las historias personales que se acude a contar. De este modo, algunas fuentes recordaron que el Registro Civil, que comenzó a funcionar en 1871, contiene la historia de Córdoba en sus archivos, donde se recogen distintos momentos de la vida de los ciudadanos.

Otras voces también comentaron que faltan armarios y herramientas informáticas o que, por ejemplo, solo tiene una silla por mesa, cuando suelen recibir a varias personas por cada asunto. Además, muchos libros se encuentran en el suelo y, según señalaron, dudan de que puedan caber todos, por lo que ayer lo veían «francamente mal». No obstante, confiaron en que los 17 funcionarios, la magistrada y la letrada que acudirán a estas instalaciones a diario se acabarán adaptando.

La opinión de los primeros usuarios de la Ciudad de la Justicia, sin embargo, no fue tan negativa. Isabel Porras y María del Carmen Lara valoraron que accediendo por la autovía se llega antes que si se acude a las sedes ubicadas en el centro, también que se hayan agrupado los distintos órganos, la posibilidad de encontrar aparcamiento y, en resumen, que este edificio «es más bonito, amplio y moderno». De otro lado, la limpiadora Ana Martínez comentó que el nuevo equipamiento «es precioso» y que «solo hay que orientarse por los distintos espacios».