Un grupo de personas refugiadas y solicitantes de protección de asilo internacional junto a cordobeses sensibles con su situación han decidido fundar la Asociación para la Visibilización y Emancipación de los Refugiados (VER) que pretende poner sobre la mesa los problemas a que se enfrentan quienes, pasado el periodo de protección, desean vivir en la ciudad e integrarse social y culturalmente en ella. Amalia Pedraza y Mohamed Saeed son la presidenta y el vicepresidente, respectivamente, de la entidad, que tiene entre sus fines promover la participación y presencia de las personas refugiadas, favorecer su independencia, autonomía e integración, así como dar voz y espacio propio a quienes han llegado a Córdoba tras solicitar protección internacional.

Actualmente, el programa de atención a los solicitantes de asilo y refugiados en España -que cuenta con el apoyo económico y técnico de la Secretaría General de Inmigración y Emigración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social-, contempla una intervención integral a través de otros servicios: intervención social, atención psicológica, asesoría legal, empleo y ayudas económicas, pero tiene una duración máxima de 18 meses. Transcurrido ese periodo, se supone que esas personas deben estar integradas en la sociedad y ser autosuficientes como para mantenerse por sí mismas, algo que no ocurre en la mayoría de los casos debido a las dificultades del idioma, las situaciones traumáticas que han vivido y las deficiencias del mercado laboral, entre otras cuestiones. Desde la asociación critican que se deje a estas personas abandonadas a su suerte cuando se cumple el plazo.

Fuentes de VER han indicado que, entre las principales quejas del colectivo de refugiados, está la falta de soluciones a los problemas derivados por el desconocimiento del formato de tarjeta de refugiado. Este documento (una tarjeta roja de cartón), que debería ser válido para identificarles, no es aceptada en los bancos a la hora de abrir una cuenta e incluso en organismos oficiales, donde desconocen su validez. También se quejan de las dificultades que se les plantean cuando quieren homologar su permiso de conducir o la falta de opciones de formación y recapacitación profesional para que puedan optar a puestos de trabajo.

Cabe recordar que España se comprometió en el 2015 a acoger a 17.337 refugiados por reubicación, pero a día de hoy se estima que solo han llegado 1.980, el 11,4%. Y eso que el plazo que dio la Unión Europea a los estados miembros para cumplir esta misión se cumplió el pasado 26 de septiembre.