Hace pocos días falleció don Francisco Castejón Calderón ; con su muerte desaparece el último representante de una pléyade de ilustres profesores de la Facultad de Veterinaria de Córdoba, quienes incorporándose a la docencia universitaria recién finalizados sus estudios de veterinaria y cuando el centro cordobés se transformaba de escuela superior a facultad, fueron prontamente los protagonistas del trascurso de la facultad y, en gran parte, de la Universidad de Córdoba.

Constituían esa generación cinco inolvidables maestros que sucedieron a otros cinco (don Rafael Castejón y Martínez de Arizala , don Gumersindo Aparicio Sánchez , don Germán Saldaña Sicilia , don José Martín Ribes y don Félix Infante Luengo ), con razón denominados "magníficos".

En ese nuevo grupo de cinco profesores destacó el profesor Castejón Calderón como el hombre de la política universitaria y profesional, quien ocupó las máximas responsabilidades de gobierno, tanto en la facultad como en la Universidad de Córdoba y en la gestión nacional de la profesión veterinaria.

La mayor parte de estas labores la realizó el profesor Castejón Calderón en unos momentos muy difíciles y de profundos cambios políticos y sociales que afectaron no sólo al quehacer universitario, sino también a la situación de la Facultad de Veterinaria en la sociedad cordobesa y en la propia Universidad. Fueron unos años en los que el entorno cambiaba a gran velocidad y en los que don Francisco Castejón Calderón tuvo que desplegar su inteligencia y humanidad para hacerle frente.

Así, se puede distinguir en la vida del profesor Castejón Calderón una primera etapa que discurriría desde la creación del centro cordobés como facultad hasta que se constituye la Universidad de Córdoba. Durante ese tiempo consiguió la Cátedra de Bioquímica y Fisiología a una edad muy temprana (fue el catedrático más joven de la Universidad española).

En 1967 se hace cargo del decanato de la Facultad de Veterinaria, cuando el régimen político de Franco declinaba aceleradamente y se vislumbraba la proximidad de nuevos tiempos.

El profesor Castejón Calderón irrumpe en la dirección del centro cordobés rompiendo moldes que hasta el momento estaban establecidos, como la tradición de nombrar decano al catedrático de más edad, o como modificar la composición de la Junta de Facultad, que hasta entonces estaba reducida prácticamente a los catedráticos del centro, ampliándola a representantes de los distintos estamentos universitarios. Eran años todavía difíciles para las universidades, donde reinaba la escasez de recursos, que afectaba aún más a la facultad de Córdoba por cuanto se encontraba alejada del Rectorado y de los órganos de gobierno de la Universidad de Sevilla a la que ella pertenecía.

La segunda etapa de la vida académica del profesor Castejón Calderón se inicia con la creación de la Universidad de Córdoba en 1972. Proponiéndose una terna para la presidencia de la Comisión Gestora de la recién creada Universidad, el ministerio nombra para ese cargo a don Francisco Castejón Calderón, lo que llevó siempre a gala. Solía decir a aquellos que por desconocimiento o por adulación le llamaban rector: "Yo no he sido rector, he sido presidente de Comisión Gestora". El profesor Castejón Calderón busca una sede provisional para la Universidad de Córdoba. El cese de actividad en el Colegio Menor de la Asunción, dependiente administrativamente del Instituto Góngora, y sus buenos oficios con el director de dicho centro, don Rogelio Fortea , le permiten solicitar un lugar en dicho colegio para ubicar el Rectorado de la Universidad.

El profesor Castejón Calderón con su gran capacidad de gestión y sus grandes dotes personales de convicción, organiza la Comisión Gestora, incorporando a aquellos que habían tenido apetencia por su presidencia. Comisión Gestora que quedó integrada en principio por catedráticos de la facultad, en detrimento del centro veterinario al ausentarse de su gestión lo más válido de su claustro.

Desde 1972 a 1977 don Francisco lleva una actividad de auténtico frenesí, tal como exigía la fundación de una nueva Universidad. Al principio se potencian los colegios universitarios de Filosofía y Letras y Ciencias, para que rápidamente se transformen en facultades. Se proyectan nuevas construcciones. Sensibiliza a la sociedad e instituciones cordobesas de lo que representa una universidad para Córdoba, a la que habría que ayudar, al menos en sus inicios. Entre otros, fruto de ello fue la construcción de los Colegios Mayores de las Cajas de Ahorro cordobesas.

En 1977 se procede a la elección de rector, cargo que fue ocupado por el profesor Losada Villasante , lo cual fue aceptado con toda caballerosidad por el profesor Castejón Calderón, quien fue consciente de que los tiempos habían cambiado y de que eran necesario nuevas personas que se hiciesen cargo de la dirección de la Universidad de Córdoba.

Don Francisco Castejón Calderón continuó realizando su quehacer universitario hasta que en 1988 por imperativo legal se jubiló, pasando a la situación de catedrático emérito de la Universidad de Córdoba, después de 40 años como catedrático y 44 de docencia universitaria. En todo momento, don Francisco supo con discreción e inteligencia destacar en la profesión a la que le dedicó sus esfuerzos y sabiduría, soslayando la pesada losa que suponía la herencia de una figura tan señera como fue la de su padre, don Rafael Castejón y Martínez de Arizala.

Los que durante años fuimos sus alumnos y amigos desearíamos que estas líneas pergeñadas se entiendan como manifestación de que su recuerdo permanezca siempre en nuestra memoria.