Un año más, aquellos que nos sentimos aficionados (dudamos si buenos o malos, y si hacemos bien o no en serlo), que siempre hemos profesado un gran interés por el tema taurino desde muy temprana edad resultamos atraídos por todo cuanto rodea a este apasionante planeta, con sus múltiples encantos y atractivos, y que mantuvimos una atención constante hacia la fiesta nacional, tenemos que rendir tributo a la memoria de nuestro paisano Manuel Rodríguez Sánchez Manolete , con motivo de cumplirse el aniversario de su muerte en la plaza de Linares, presa de la cornada del miureño Islero. Sesenta y ocho años han transcurrido desde la desaparición de esta figura señera de la fiesta que supo erigirse en número uno de los matadores de la época y con su trágico final, convertirse en un auténtico mito de la fiesta de los toros. Manolete, en los ruedos y en la calle, fue un personaje único. Como tal se le reconoció y como tal se le recuerda con idéntico interés a pesar del inexorable paso del tiempo, que todo lo desgasta.

Si bien es cierto que en este largo periodo desde el suceso de Linares hasta la fecha no han faltado quienes trataron de emborronar su brillante pasado, también es verdad que tuvieron escaso éxito cuantos lo pretendieron. En términos taurinos podríamos decir que pincharon en hueso quienes lo intentaron de múltiples formas. Valga como ejemplo la realización de una película que nos reflejaba una imagen de Manolete que distaba mucho de la real. Y se produjo un fracaso total. Ahora, hace poco que leímos la posibilidad de que en un futuro próximo desaparezca el nombre de Manolete del callejero de Madrid, pues la nueva corporación de la capital de España no ve con buenos ojos ciertos parentescos, amistades y comportamientos en la vida del torero cordobés. Parece como si se quisiera cambiar la historia. De cualquier forma, nosotros le debemos seguir recordando como lo que fue y representó: un cordobés universal con extraordinaria personalidad y un figurón del toreo, considerado el cuarto califa de la historia.

Ahora, como hacemos siempre estos últimos años, desde que murió en 1947, aprovechamos la ocasión para recordar al periodista José Luis Sánchez Garrido, José Luis de Córdoba, primer biógrafo e íntimo de Manolete. El, sí que fue fiel a la memoria de su amigo y nunca falló en su defensa hasta que desapareció, con 92 años. Se nos pregunta frecuentemente por el destino que se ha dado a la extensa obra de José Luis, como periodista y escritor, y podemos decir que se ha cedido para uso y depósito al Museo Taurino de su ciudad. El Fondo Taurino José Luis de Córdoba se encuentra en fase de inventariado, parte del cual ya está hecho por la Unidad de Museos. A Mercedes Valverde, directora de los museos municipales se le ha pedido opinión sobre la influencia que pudiese tener el cambio de gobierno en el Ayuntamiento en este tema y nos ha dicho que en sus contactos con la nueva teniente de alcalde y responsables de cultura, ha apreciado magnifica disposición y muchas ganas de trabajar. Eso es bueno. La cosa va despacio, pero camino de que se cumplan los últimos deseos del periodista José Luis de Córdoba, que se mostró siempre incansable a la hora de escribir y realzar cuánto de sobresaliente se produjo en esta bendita tierra. Uno de esos destacados valores fue, sin duda, Manolete, de cuya muerte se cumple ahora un nuevo aniversario. Habrá que recordar pues a quien dio todo por la fiesta. Manolete, consiguió gloria y fortuna a base de jugarse la vida ante los toros. Y llegó el día en que la perdió. Con 30 años de edad. Más entrega, imposible.