--Asiste a la celebración del 30 aniversario del Consejo Social de la UCO, es quizá el momento de hacer balance de lo que han supuesto estos órganos para las universidades.

-Los consejos sociales se implantan en las universidades españolas con los criterios que existen en los años 80 dentro de la formación de un sistema universitario que por la Ley de Reforma universitaria modernizaba a las universidades y se incorporaban nuevas funciones como la generación de conocimiento a través de la innovación y que ese conocimiento sirviera no solo para formar a profesores universitarios sino que estuviera disponible para la sociedad. Cuando se plantea una universidad de esas características es muy importante contar con órganos de representación de la sociedad y la fórmula que se adoptó fue la de los consejos sociales. Su misión fundamental era conectar con las inquietudes, un diálogo con la sociedad a través de ese órgano. Las universidades modernas en nuestro país y en Andalucía son entes abiertos porque en Córdoba, por ejemplo, hay 17.000 jóvenes en la UCO y no puede ser una universidad cerrada. Se trata de establecer un órgano de diálogo con los líderes institucionales y los sectores productivos del entorno. Eso se ha tenido que acompasar en el tiempo con la creación de un sistema universitario de calidad. Ahora, los consejos sociales son más importantes que nunca porque ya tenemos al niño en una edad adolescente tirando a adulto y ahora es cuando esta función de conectar con las inquietudes de la sociedad es especialmente importante.

-Una vez consolidados, ¿qué recorrido o futuro se les presenta a los consejos sociales?

-Se han consolidado los consejos sociales al tiempo que se han consolidado las propias universidades andaluzas publicas, que en nada se parecen a las de los años 80. En Andalucía se ha completado el sistema universitario que permite tener universidades en toda la región, con la convicción de que son un importantísimo referente y un valor clave para el dinamismo social y la competitividad. Ahora todo está llamado a nuevos retos. Se han renovado recientemente la mayoría de los presidentes de los consejos sociales de Andalucía y a todos ellos les estoy transmitiendo que ese nuevo reto es dinamizar más que nunca su función de conexión con las inquietudes del entorno de la provincia, servir como pieza de conexión entre el mundo del conocimiento y el mundo de la economía y la innovación.

-¿Considera que disponen de recursos suficientes para desarrollar sus funciones?

-Disponen de recursos directos que les proporciona el Gobierno de Andalucía pero deben tener en cuenta que están insertados dentro de las universidades y que su presupuesto forma parte del de las universidades. Los consejos sociales se pueden apoyar en los servicios de la propia universidad para las funciones que tengan que desarrollar. No creo que el problema sean los medios sino el dinamismo que demuestre este órgano.

-¿El foro de los Consejos Sociales de Andalucía podría tener más papel como interlocutor de la Administración?

-De hecho se ha reunido en Córdoba la Conferencia de consejos sociales andaluces y este año hemos renovados presidentes y estamos renovando sus miembros. El presidente es un cargo nombrado por el gobierno pero disfrutan de una enorme autonomía. Estaré atento a escuchar lo que necesitan, pero la conexión institucional tiene lugar a través del Consejo de Universidades.

-¿Cree que los consejos sociales tienen un problema de falta de visibilidad social?

-Ese es uno de los grandes retos de futuro. La visibilidad se logra siendo primero un colaborador imprescindible del rector pero también tiene el presidente del consejo una responsabilidad de fomentar la visibilidad del consejo en la sociedad, sobre todo impulsando iniciativas. Con los nombramientos en este periodo hemos procurado que sean personas cercanas, conocedoras del entorno, comprometidas, como es el caso del presidente del Consejo de Córdoba, y que trabajen codo con codo con los rectores para impulsar proyectos conjuntamente.

- En referencia a la planificación académica, ¿cómo ve la creación de nuevos títulos en Andalucía y en concreto en Córdoba?

-Esto tiene que responder a una planificación estratégica. No creo que sea una buena idea que se hagan solicitudes de títulos de manera aislada, desconectada de una planificación general que tiene dos dimensiones: una académica, por parte de la UCO, y otra en el contexto de Andalucía. Cada cinco años se trabaja con los rectores para diseñar el mapa de titulaciones de Andalucía. El último mapa se concluyó en el 2010-11 y todo lo que ha ido pasando en los últimos 5 años ha tenido conexión con esa planificación. Ahora estamos planteando renovar el modelo de financiación de las universidades y la planificación de los títulos no puede ser ajena a esa financiación. Los títulos lo son todo en una Universidad. Cuando se decide poner un título, alrededor de él aparecen los estudiantes, sus familias, pero también profesores que hay que contratar o especializar en esa nueva titulación, y si es una universidad competitiva como la de Córdoba tienen que tener investigación, por tanto hay que financiar esa investigación, lo que generará también transferencia conocimiento al sector productivo... por tanto es una decisión no menor, las universidades son sus títulos. Cualquier propuesta será considerada dentro de una planificación estratégica de carácter general.

-En cuanto a la financiación de las universidades, el rector de la UCO ha comentado que tiene una deuda pendiente con la Junta que roza los 20 millones.

-Aquí hay que diferenciar dos cosas. Una deuda desde un punto de vista administrativo es una obligación de pago que no se está atendiendo. En este momento no hay ninguna obligación de pago pendiente con la UCO. Pero lo que habla el rector, y tiene razón, es que hay trámites pendientes que espero que acaben en una obligación de pago que se sitúan en torno a los 20 millones de euros. Pero todavía no es una deuda, es un compromiso. Yo quiero deberle 20 millones de euros y la idea es que esos trámites se concluyan y que la UCO vea esos proyectos financiados. La idea es ir desatascándolos entre final de año y el próximo ejercicio.

-¿Como ve a la universidad de Córdoba en el conjunto de las universidades andaluzas?

-Es una gran universidad. Córdoba es una de las ciudades con tradición universitaria más antigua, esto es muy importante. Formaba parte de la universidad de Sevilla porque era el distrito universitario, pero siempre tuvo facultades propias como la de Veterinaria. Las personas en el siglo XIX ya pensaban que el mejor sitio para poner una facultad de Veterinaria era Córdoba por su peso en el sector agroalimentario. A partir de los años 70, formando parte de una evolución natural, requiere adquirir carta de naturaleza como una universidad propia, independiente. Y en ese contexto la UCO es ejemplar porque pudiendo haber apostado por crecer, desde siempre ha apostado por la calidad. Es de tamaño mediano, pero muy sólida, muy prestigiosa, con una larga tradición en investigación y en todos los ámbitos. Y su liderazgo se expresa también en el campus de excelencia internacional. Todos los rectores de la UCO han acertado en crear una universidad que ha buscado más la calidad que la cantidad.

-Rajoy ha anunciado que no habrá reválida de Bachillerato y sí una prueba de acceso.

-Pues es lo que cabalmente la Junta y el sistema universitario le lleva pidiendo desde hace mucho tiempo. La PAU es una de las pruebas que ha sido un logro en la universidad española. Se eliminaron no solo las reválidas sino las pruebas especificas de acceso a determinadas facultades que estaban presididas por el interés de la propia comunidad de cada facultad. Se creó una prueba anónima, que iguala a todo el mundo, que está relacionada con el mérito y que funcionaba perfectamente. Y ahora, para forzar la reválida de Bachillerato, el Gobierno rompe la PAU. En Andalucía hemos llegado al acuerdo con los rectores de mantener la PAU, pero adecuarla al perfil de los estudiantes de la Lomce.