El Parlamento aprobó en julio del 2016 la reforma de la Ley de Ordenación Urbanística de Andalucía (LOUA), que daba nuevas oportunidades para la dotación de servicios. La reforma brinda a las viviendas habituales que se encuentran en suelo no urbanizable, y que tramiten el Asimilado al Fuera de Ordenación (AFO), la posibilidad de lograr luz y agua antes de llegar al final del proceso, de forma provisional y durante un máximo de dos años. Además, las casas de parcelaciones incluidas en el PGOU en suelo urbano o urbanizable que están en vías de regularización (y las que puedan incorporarse al plan en un futuro), pueden lograr permisos provisionales de uso y obtener con ellos agua y saneamiento por adelantado antes de concluir las obras de urbanización, siempre que tengan proyectos de reparcelación y urbanización. Otra novedad es que las obras pueden fasearse.

Esas novedades no han tenido efectos prácticos en la capital. En suelo no urbanizable, por los condicionantes de protección, inundabilidad y no prescripción del delito urbanístico, la obtención de servicios vía AFO es muy difícil, mientras que en urbano y urbanizable ninguna parcelación en vías de regularización ha llegado al final del camino, aunque Cuevas de Altázar está muy cerca. Tampoco se ha decidido qué asentamientos podrían incorporarse al PGOU en un futuro.

Tras esta reforma, la Junta anunció otra que está pendiente. Mientras, Urbanismo ha enviado una propuesta a la Junta para adelantar servicios a parcelaciones que se encuentren en suelo urbano y urbanizable sin necesidad de tener aprobados los proyectos de reparcelación (que permite la inscripción en el Registro de los solares rústicos como urbanos) y urbanización, ya que bastará con contar con junta de compensación (conjunto de propietarios) constituida. Así hay trece.