"Si el mutuo acuerdo no es posible como punto de partida, conviene recurrir a un mediador antes de acudir al juez". Esta es una de las recomendaciones de los expertos del despacho Martínez--Echevarría, que aseguran que mientras en tras un divorcio de mutuo acuerdo y, sobre todo, en uno contencioso, suelen darse fricciones, aquellos a los que se llega como fruto de una mediación suelen no dar problemas posteriores. Y es que cualquier decisión puede acabar en un juzgado si no hay acuerdo entre los padres divorciados. Especialmente, si hay hijos comunes. "Los jueces se convierten así en el tercer padre, decidiendo sobre cuestiones que deberían tomarse en el ámbito privado", explica Azparren, "hay casos en los que se llega a acordar ante un tribunal el lugar, el día o hasta el vestido de la comunión de un niño, si puede o no ir a un viaje escolar o el colegio donde debe cursar los estudios porque los padres no son capaces de ponerse de acuerdo". Y añade: "A menudo, los cónyuges recurren al juez para temas que pueden llegar a ser ridículos, como el reparto de objetos personales o quién se queda con el perro tras la ruptura".

EL MEDIADOR La judicialización de la vida tras el divorcio es así una constante en muchas familias tras una ruptura matrimonial, lo que se puede evitar, según los expertos, acudiendo a un mediador, que puede ser un psicólogo, un asistente social o un abogado que durante el proceso de separación, se encarga de hacer ver a los padres el efecto que sobre sus hijos, sobre su economía o sobre su propia salud, puede tener la falta de acuerdo. Para pedir su intervención, que puede solicitar una de las partes, es necesario que haya un acuerdo previo, ya que se trata de un proceso voluntario que tiene como fin acercar posturas. La actuación del mediador es más barata que la de un juez.

No hay que perder de vista que la consecuencia de las confrontaciones postmatrimoniales afectan también al bolsillo, ya que cada vez que se recurre a un juez para solucionar un asunto, aunque sea menor, se generan unos gastos de abogados, procuradores... que los progenitores han de tener en cuenta.