Los trabajos de restauración acometidos durante los últimos siete meses en la puerta de San José de la Mezquita-Catedral han devuelto la belleza y el esplendor a una de las siete entradas realizadas en el siglo X durante la ampliación ordenada por Almanzor. El Cabildo Catedral ha descubierto hoy el resultado de una actuación que ha sido dirigida por la restauradora Anabel Barrena y que se enmarca en un proyecto más amplio que contempla la recuperación de otras cuatro puertas más, que ya han sido estudiadas, en el lienzo oriental de la Mezquita-Catedral.

El presidente del Cabildo Catedral, Manuel Pérez Moya, ha precisado que esta actuación, en la que se han invertido 180.000 euros, se une a intervenciones anteriores en la puerta de Santa Catalina o en la capilla de San Pablo. “La restauración ha sido asumida íntegramente por el Cabildo Catedral de Córdoba, que pone en valor una de las puertas de acceso del lienzo oriental, en correspondencia con la ampliación de Almanzor, y se recupera el esplendor ornamental que siempre la ha caracterizado”, señala.

Pérez Moya precisó que los mayores esfuerzos del Cabildo se concentran en la conservación de un “edificio universal”, “un monumento irrepetible que, año tras año, bate un nuevo récord en cuanto al número de visitantes”. El presidente remarcó que cada la Mezquita-Catedral es “emblema y principal motor de crecimiento económico de Córdoba”, porque este edificio es “un espejo en el que la arquitectura y la historia del arte se muestran de manera excepcional”.

La última restauración de esta puerta fue acometida en 1908 por Mateo Inurria, bajo la dirección de Ricardo Velázquez Bosco, que también llevó a cabo la recuperación y recomposición de otras cuatro puertas. El canónigo obrero del Cabildo, Antonio Jurado, afirmó que se han llevado a cabo trabajos de “limpieza y consolidación de la puerta y de recuperación de sus elementos decorativos”, para que la puerta “ofrezca su mejor imagen”.

La directora de la restauración, Anabel Barrena, precisó que los estudios previos para acometer esta intervención se llevaron a cabo en 2015 para determinar el grado de deterioro que sufría la portada, procediéndose después a la redacción del proyecto. Barrena indicó que los trabajos se orientaron a la preservación de los materiales y al adecentamiento estético del mismo, “siguiendo la teoría de mínima intervención directa y máxima atención en los condicionantes extrínsecos de la obra”. La restauradora precisó que el avanzado estado de deterioro que sufría la puerta “ponía en peligro la conservación de los elementos decorativos de la misma, justificando la intervención propuesta”.