Hoy se cumple una semana de la abrumadora victoria de Pedro Sánchez, que ha vuelto a ser secretario general del PSOE después de su dimisión hace 8 meses y esta vez con el apoyo del 50,2% de los militantes socialistas y teniendo en contra a los barones y al aparato de la formación. Susana Díaz lo superó solo en la comunidad que preside, Andalucía, con un amplio margen (25.000 votos frente a los 12.500 de Sánchez) pero unas 1.500 papeletas menos que los avales que presentó a principios de mayo.

Córdoba ha sido la segunda provincia española donde la victoria de la secretaria regional ha sido más amplia (solo superada por Sevilla). Se ha impuesto con holgura en los grandes municipios cordobeses, incluidas las ocho agrupaciones de la capital. En Córdoba votaron en las primarias 3.469 militantes, es decir, el 82,36% sobre un censo de 4.212 militantes. Del total, el 68,03% de las papeletas (2.360) fueron para Susana Díaz, mientras que Pedro Sánchez obtuvo un 27,15% de los apoyos, logrando 942 votos. El tercer candidato de las primarias socialistas, Patxi López, obtuvo 140, un 4,04%, según los datos facilitados por el PSOE de Córdoba.

Los mejores resultados de la presidenta andaluza los logró en la capital, con el 70,6% de apoyos; Puente Genil, con un 75%; Baena, con el 65,54%, o Pozoblanco, con un 65%. Por su parte, Pedro Sánchez ganó en 11 localidades (como Montilla, Hinojosa o Los Blázquez) y logró porcentajes por encima del 30% en municipios como Lucena (36,8% frente al 58,9% de Susana Díaz) y Priego de Córdoba (39,4% frente a los 57,7% de Díaz).

El partido en Córdoba ha guardado estos días un prudentísimo silencio. El secretario provincial, Juan Pablo Durán, no ha hecho declaraciones públicas en toda la semana y solo Antonio Ruiz, secretario de Organización, hizo balance de los resultados el lunes. A nivel más institucional, tanto la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, como la delegada del Gobierno andaluz, Rafi Crespín, ambas susanistas declaradas, han hecho llamamientos a la unidad del partido y se pusieron a disposición del nuevo secretario federal. Más elocuentes han sido los partidarios de Pedro Sánchez, entre ellos la exministra Carmen Calvo, para quien el resultado ha sido el triunfo sin ambages de «la voz de la izquierda» en el PSOE. «Los militantes han dicho que hay que estar en otro sitio, funcionar de otra manera, porque así no se puede seguir», dijo.

Las consignas a nivel regional también han influido en el tablero provincial, en una semana en la que Susana Díaz ha pasado de querer plantar batalla de manera explícita en el congreso federal, a afirmar que no exigirá a Pedro Sánchez que cuente con personas de su confianza en su nueva ejecutiva, como sí hizo la última vez, y que tampoco peleará para que haya una cuota andaluza en la nueva dirección federal..

En ese contexto y en un clima de entendimiento se desarrollaron durante el miércoles y el jueves las asambleas en las agrupaciones socialistas, sin que hayan trascendido conflictos de relevancia. Han sido, desde luego, los militantes quienes han defendido en la práctica (de arriba a abajo) que el ejercicio de unidad que han proclamado sus dirigentes se materializase en unas listas de delegados al congresillo consensuadas y proporcionales a los resultados de las primarias. Ayer, al cierre de esta edición, los dos sectores negociaban una sola lista que integrase a ambas partes. Los seguidores de Díaz proponían que los sanchistas tengan 4 representantes, mientras que estos reclamaban seis, «en base al 28% logrado en las primarias», señaló Teba Roldán, quien dijo que si finalmente no se llegaba a un acuerdo presentarían su propia lista. Fuentes del sector de Díaz señalaban, sin embargo, a CÓRDOBA al filo de la madrugada que ya había un acuerdo por la mañana para el reparto de 18 y 4, y que «ese es el acuerdo que se mantiene». El congresilllo es un cónclave limitado exclusivamente a la elección de los 22 socialistas cordobeses que acudirán al 39 Congreso Federal del PSOE, que tendrá lugar del 16 al 18 de junio próximos y del que saldrá la nueva ejecutiva que acompañará a Sánchez en su nueva andadura al frente del partido.

Además del congreso federal, quedan por dirimir dos congresos cruciales para el PSOE cordobés: por un lado, el regional, que Díaz ha adelantado a finales de julio para evitar, dicen, que pueda armarse una candidatura alternativa, y, por otro, el provincial, aún sin fecha. Tras las citas nacional y regional se dibujará un nuevo mapa socialista y los nuevos contrapesos de los sectores hasta ahora en liza. La oferta de paz de la presidenta andaluza a Sánchez pasaba por dejarlo hacer a él en Ferraz, si a cambio el secretario general no interfería a nivel andaluz. Se verá. En el congreso de Córdoba habrá que elegir a un nuevo secretario general, después de que Juan Pablo Durán, uno de los hombres fuertes de Díaz, haya ido retrasando su salida desde que fue nombrado presidente del Parlamento andaluz por incompatibilidad de cargos. Antonio Ruiz, secretario de Organización, es el nombre que apuntan todas las quinielas para sustituirlo.