La empresa cordobesa Magtel, la Comunidad de Regantes de la margen derecha del Bembézar y la Universidad de Córdoba, con el apoyo de la Delegación de Agricultura de la Junta, firmaron ayer un acuerdo para desarrollar un proyecto que permitirá una reducción de casi un 20% de coste energético en regadíos a través del uso de la energía fotovoltaica. Mediante esta iniciativa, que se pondrá en marcha en principio, de forma experimental, en 12.000 hectáreas de regadío ubicadas en las provincias de Córdoba y Sevilla, se pretende reducir la dependencia energética convencional y sustituirla de forma parcial por sistemas fotovoltaicos. El presidente de la comunidad de regantes de la margen derecha del Bembézar, José Fernández de Heredia, explicó que el 40% del coste que suponen sus cultivos, situados en Hornachuelos y los municipios sevillanos de Peñaflor y Lora del Río, es energético, concepto por el que han pagado este año pasado 500.000 euros, lo que les supone un coste de más de 400 euros por hectárea. Por ello, han aplaudido este proyecto, que esperan que les suponga «un gran ahorro». Ernesto Segurado, director de la División de Infraestructuras de Magtel, ha calificado el proyecto de «ilusionante» pues si los resultados son positivos puede «atraer a más agricultores» al conseguir «menos costo y más productividad». Explicó que se trata de «una variante sobre algo que ya existe», pues se aplicará al riego en continuo o a demanda.

El proyecto DIP-A combina los sistemas de bombeo actual alimentado por energía convencional con un nuevo sistema que se alimenta a través de la energía generada por una planta fotovoltaica. El director del Departamento de Agronomía de la UCO, Emilio Camacho, explicó que «nuestra misión es gestionar la red hidráulica y sincronizarla con la energía fotovoltaica». El delegado de Agricultura, Francisco Zurera, mostró su apoyo al proyecto, pues «las comunidades de regantes están expectantes».