Un grupo de afectados por una presunta estafa del notario Carlos Alburquerque manifestó ayer tarde su protesta ante la sede del Colegio de Notarios, en Gran Capitán, al que le exigen que actúe de alguna manera. Emilio Cazorla, portavoz de los afectados, explicó a este periódico que "ante las reclamaciones efectuadas al Consejo de Notarios y al Consejo General del Notariado, estos se declaran insolventes y no se hacen responsables de estos hechos, que a nuestro juicio deberían ser delictivos". En su opinión, "no se entiende que una persona en la que los ciudadanos depositamos nuestra confianza pueda cometer estos actos sin que las instituciones actúen".

Explica Cazorla que "los afectados, que podemos ser unos 100, nos encontramos que al ser reclamantes de cantidades pequeñas no podemos hacerlo mediante un proceso judicial que ni podemos ganar ni podemos pagar". Insiste en que queremos que "el colegio actúe".