Cerca de 300 personas, la mayoría mayores y pocos jóvenes, se concentraron ayer a las 12.00 de la mañana ante el Ayuntamiento de Córdoba en contra del impuesto de sucesiones, en una protesta ciudadana convocada por las redes sociales y que se realizó también en otras ciudades andaluzas. Los manifestantes gritaron consignas contras el Gobierno andaluz y su presidenta, Susana Díaz, pero escogieron el Consistorio para su protesta porque, según explicaron algunos, este está gobernado por su compañera de partido, Isabel Ambrosio, «a ver si ella le puede dejar claro que en Córdoba también se está en contra de este impuesto».

Uno de los manifestantes, José Antonio Mangas, uno de los pocos jóvenes presentes en la protesta, atendió a los medios de comunicación manifestando airado que «tendríamos que empadronarnos todos en Madrid y después de 5 años, cuando fallezcan nuestros padres, abuelos o familiares, pues no pagamos un duro y ya está». Y añadía que no le extrañaba que hubiese tanto «dinero negro» porque «si nos aprietan tanto, no sé cómo quieren que sobreviva la gente». Este joven señaló que se enteró por las redes sociales de la convocatoria de la protesta. «Lo que veo más triste es que aquí no haya más gente joven», dijo, pero «les digo que algún día falleceréis y si habéis trabajado, que no es lo mismo que robar, y dejáis una herencia, vuestros hijos tendrán que pagar por eso que vosotros ya habéis pagado».

Esto lo organiza «el colectivo del ciudadano, de los que están molestos», de «la gente que ha pagado y tiene que volver a pagar», aseguró.

Y relató que su abuelo falleció en noviembre, cuando el impuesto de sucesiones estaba por esa fecha en 150.000 euros por familiar, «y ahora tenemos que pedir hipoteca para poder pagar lo que mi abuelo nos dejó», señaló Mangas.