En el 2008, los mileuristas eran aquellos jóvenes, de 25 a 34 años, licenciados, bien preparados, que hablaban idiomas, con posgrados, másteres y cursillos en su currículos, pero que no cobraban más de 1.000 euros mensuales. Con el estallido de la crisis, el paro endémico y la bajada de sueldos que ha sobrevenido desde ese momento, esa situación se ha extendido hasta el punto de que son muchas las personas que ven hasta como una bendición percibir un salario que no alcanza los cuatro dígitos. En la última década han bajado los sueldos, el patrimonio y las expectativas de una sociedad, la española, que con 3,76 millones de parados mira aún con incertidumbre al futuro. Ese es uno de los legados negativos de la recesión económica, la inseguridad que se crea al considerar que las cosas pueden volver a empeorar.

El año 2017 finalizó con 298.116 personas afiliadas a la Seguridad Social en Córdoba, de las que la mitad, algo más de 149.000, cobran menos del salario mínimo interprofesional, que en 2017 era de 707,6 euros y en 2018 subirá a 753,9 euros al mes, según aprobó el Consejo de Ministros el pasado mes de diciembre. Además, aproximadamente el 60% de la población que trabaja no cobra más de 968 euros al mes.

Para que la recuperación económica llegue a las familias, tanto desde CCOO como desde UGT se defiende el empleo de calidad y estable, que venga acompañado de una subida salarial suficiente para que las personas puedan recuperar los niveles de consumo anteriores a la crisis. Precisamente, en los dos últimos años de los que se tienen datos se ha registrado un aumento de los salarios que, aunque leve, da un pequeño respiro y permite mirar al horizonte con optimismo. Así, los sueldos de los trabajadores de Córdoba subieron en el 2016 por segundo año consecutivo, después de siete años de descenso, según el informe Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias publicado por la Agencia Tributaria en noviembre del 2017. El salario medio declarado en el IRPF se situó en 2016 en 13.683 euros anuales, un 1,9% más que el año anterior, si bien la provincia se mantiene a la cola de España, solo mejor que las provincias de Huelva (12.749), Jaén (12.462), Almería (13.661) y Badajoz (13.550). A gran distancia se encuentran provincias donde los sueldos son casi el doble, como Barcelona (22.352 euros) o Madrid (24.886), lejos de la media andaluza (14.868) y más aún de la media española (18.835). Pese al repunte, la cifra de 13.683 euros anuales aún está muy alejada de los techos alcanzados al inicio de la crisis. En 2008, los cordobeses percibían 1.074 euros más al año que ahora y, en comparación con 2009, hasta 996 euros más.

BRECHA SALARIAL / A pesar del ligero incremento registrado en la media de ingresos anual en Córdoba, la brecha salarial permanece intacta. Los hombres cobran de media en la provincia 15.181 euros frente a las mujeres, que ingresan 11.845 euros anuales. Sí es cierto que esta diferencia ha disminuido con los años. En 2009, los hombres cobraban de media hasta 4.489 euros anuales más que las féminas. Esta reducción se debe a que la caída de las rentas de los varones ha sido mayor que la de sus compañeras. En los últimos ocho años, ellos han sufrido un recorte del 10,7% en su sueldo, mientras que el de ellas ha subido en un 0,76% en el mismo periodo. Los salarios que perciben los jóvenes siguen siendo de lo más precario. Entre 18 y 25 años, los datos indican que perciben una media anual de 4.834 euros, que se eleva a 11.046 euros en la franja de edad de 26 a 35 años.

Las negociaciones de los convenios colectivos llevadas a cabo entre 2013 y 2014 son destacadas por los sindicatos como una de las causas que ha permitido esa leve mejora salarial. No obstante, tanto CCOO como UGT y la Confederación de Empresarios advierten de que el futuro está en la industria, lejos del auge del turismo y del sector servicios, caracterizados en ocasiones por empleos precarios, salarios bajos y fraudes en la contratación, además de la gran estacionalidad a la que están sometidos, sobre todo el ámbito turístico. Precisamente son esos dos sectores en los que se apoya la economía cordobesa. En el caso de Córdoba, los trabajadores de la agricultura son quienes perciben un salario más bajo (3.786 euros), seguido del ocio (8.050) y la construcción y actividades inmobiliarias (12.318 euros). Por contra, en el lado más favorable de la tabla figuran los asalariados de entidades financieras y aseguradoras (31.114 euros de media) o quienes trabajan en industria, energía y agua (26.718 euros), donde la brecha salarial de género es especialmente acusada, llegando a superar los 10.000 euros de diferencia.

AYUDA A LAS FAMILIAS / Cuando los ingresos se reducen, hacer frente a pagos mensuales y cotidianos se convierte en una misión imposible. El pasado año, Cáritas atendió a más de 20.000 familias en Córdoba y su provincia, un número similar al que viene dando cobertura la institución en los últimos años. Ropa, comida, pago de facturas de suministros y hasta cuotas de hipotecas han sido algunas de las demandas cubiertas a estas familias. María José, nombre ficticio con el que explica su realidad esta mujer por miedo a perder su empleo, agradece enormemente a Cáritas que le haya facilitado un trabajo de ayuda a domicilio por un plazo de un año, del que ya han pasado seis meses. Por esta labor percibe 900 euros, un dinero con el que tiene que pagar la hipoteca, de unos 300 euros, y mantener a dos hijos, de once y tres años. Además, tiene que ayudar económicamente a su madre, por lo que «no llego a final de mes». Es el único ingreso que entra en su casa «y son muchos los pagos a los que hay que hacer frente: el agua, la luz, la comunidad, el gasoil...».

María Dolores Fernández sabe en propia carne lo que es apretarse el cinturón en momentos de crisis. Su marido, que trabajaba en la construcción, llegaba a cobrar unos 2.000 euros al mes, pero las cosas han cambiado mucho y en su casa ahora entran los 700 euros que cobra la mujer por su trabajo en una empresa de limpieza. «No me compro nada, ni voy a la peluquería, porque todo lo he dedicado a luchar por la educación de mis hijas», que tienen 21 y 16 años. No obstante, María Dolores considera que, «dentro de lo que cabe, soy una privilegiada». Al menos, ya tiene su casa pagada, por lo que no tiene que hacer frente al abono mensual de una hipoteca. «Tengo ayuda también de la familia, sobre todo a la hora de comer», afirma.

Según datos del Observatorio Social de las Personas Mayores, un tercio de los hogares está sustentado por la pensión de una persona mayor que, en Córdoba, asciende a 871 euros de media, 94 euros menos que la media andaluza y 196 menos que la media española. Desde el 2011, tal y como señala el secretario confederal de Políticas Públicas y Protección Social de CCOO, Carlos Bravo Bravo, «las pensiones de más de mil euros han perdido tres puntos, las de menos de mil euros, dos puntos, y las mínimas, un punto». Más de la mitad del salario de los pensionistas se va al pago de vivienda, alimentos, medicinas y pago de suministros, según el informe presentado por CCOO esta misma semana, que señala cómo el aumento paulatino del IPC paralelo a la pérdida de poder adquisitivo ha hecho que sea mayor la cantidad mensual que tienen que reservar a lo más básico. La pobreza energética está cada vez más presente en estos hogares. Si para el conjunto de las personas trabajadoras llegar a fin de mes es un reto, para las personas pensionistas casi es una quimera. «La ridícula subida de las pensiones en un 0,25% condena a las personas pensionistas a la pobreza, y con ellas, a muchas familias que subsisten con esas pensiones», apunta la secretaria general de CCOO de Córdoba, Marina Borrego.

SECTOR PÚBLICO / En cuanto al sector público, en Córdoba y su provincia se han perdido alrededor de 5.000 empleos en lo que va de esta década, con la consecuente «bajada de la calidad del servicio y el empeoramiento de las condiciones de los trabajadores», según los sindicatos CCOO y UGT, que llevaron a cabo movilizaciones para exigir la recuperación del empleo público, de los derechos de los trabajadores y del poder adquisitivo que han perdido en estos años desde el inicio de la crisis económica. Sobre la mesa, la pérdida de «hasta un 25% de poder adquisitivo», desde el año 2010 hasta ahora, que han sufrido los trabajadores de las administraciones, «con congelaciones salariales, subidas por debajo del IPC o eliminación de pagas. Ahora no hay excusa para que los empleados públicos recuperen lo que han perdido», esgrimen los sindicatos.