Córdoba es una de las provincias con una red asistencial más completa en el ámbito de las adicciones. Uno de los centros de trayectoria más consolidada, que ofrece tanto tratamientos ambulatorios, como atención a personas en exclusión, y desintoxicación hospitalaria es la Fundación Hogar Renacer. Según David Cáceres, su director médico, la realidad de las adicciones está cambiando en cuanto a los perfiles sociales, a las edades (cada vez llegan pacientes más jóvenes), pero hay una cosa que no cambia. El alcohol sigue siendo la droga con más peso en todos los estamentos y cada vez se consume más junto a otras sustancias como la cocaína, el cannabis y los psicofármacos. «Es complicado luchar contra una droga cuyo consumo está totalmente normalizado en la sociedad», explica, «consumir grandes cantidades de alcohol, aunque solo sea los fines de semana, puede tener graves consecuencias para la salud, sobre todo, a edades tempranas, pero se trata de una droga legal cuyo consumo excesivo no se percibe como un problema hasta que es demasiado tarde».

El consumo de alcohol puede derivar en un trastorno adictivo, pero también es peligroso el abuso esporádico para la salud propia y ajena. «Cualquier persona, bajo el efecto de una droga, también del alcohol, sufre un trastorno de la personalidad transitorio que puede degenerar en otros problemas, desde sufrir un accidente de tráfico a un coma etílico». También puede activar «patologías mentales o alteraciones psicológicas como depresión o ansiedad», advierte Cáceres. Según el director médico de Renacer, un alto porcentaje de los pacientes que inician un proceso de desintoxicación se recupera, a veces con recaídas puntuales. La recuperación depende fundamentalmente «de la participación voluntaria y activa del paciente». A.R.A.