La Mesa de la Profesión Enfermera, integrada por el Consejo General de Enfermería y el Sindicato de Enfermería (Satse), presentó ayer un estudio sobre la opinión de los pacientes sobre las pretensiones asistenciales que vienen reclamando las oficinas de farmacia. Al respecto, 9 de cada 10 mayores de 55 años con una enfermedad crónica se oponen a que los farmacéuticos controlen su tratamiento y «solo el 2% de los pacientes crónicos y sus cuidadores entendería que la sanidad pública pagase a las oficinas de farmacia por el control de los medicamentos a domicilio, mientras que el 82% cree que lo que debería hacerse es contratar más enfermeras», informó ayer una nota la Mesa.

El estudio se presenta en un momento sensible, cuando se debate si estas actuaciones asistenciales, cuya competencia corresponde exclusivamente a médicos y enfermeros del Sistema Nacional de Salud y que ya están siendo prestadas sin ningún tipo de desembolso directo por parte de los ciudadanos, puedan ser ofrecidas por las farmacias con un sistema de cobro directo o indirecto, «tal y como han reconocido en numerosos congresos y foros», informa la nota.