Por tradición, el nombre de Córdoba está muy unido al de dos ámbitos productivos: el del mueble y la madera y el sector joyero. Ambos, con un gran peso en la economía provincial, han visto cómo en los últimos años su rendimiento ha caído en picado arrastrados por la situación de crisis generalizada. Ha sido un periodo complicado en el que los profesionales de uno y otro sector han tenido que reinventarse y apostar por la que se ha presentado como la única tabla de salvación: las ventas en el extranjero.

Así lo manifiestan tanto el presidente de CECO Madera, Enrique Fernández, como la presidenta de la Asociación Provincial de Joyería, Milagrosa Gómez, quienes afirman que los que han logrado remar en tiempos adversos ha sido porque han puesto el foco en las exportaciones. «Cuando las cosas iban bien, pocos eran los que apostaban por vender fuera, pero afortunadamente hemos aprendido la lección», comenta Enrique Fernández. En el caso del mueble y la madera, las exportaciones han crecido un 12%, según CECO Madera, y cada vez se están ampliando más los mercados, aunque con especial presencia en Europa.

El sector del mueble y la madera ha estado siempre muy vinculado a la construcción, por lo que la caída de este último ha arrastrado consigo a multitud de empresas repartidas por toda la provincia pero con especial arraigo en localidades como Lucena o Villa del Río. Desde el año 2008 al 2016, último ejercicio del que se tienen datos, se han cerrado en torno a un 35% de fábricas, por lo que el balance de empresas en funcionamiento se sitúa en unas 600. A juicio del presidente de CECO Madera, los efectos han sido tan adversos «porque no habíamos hecho bien las tareas». No obstante, a su entender, el panorama ha ido cambiando en el momento en que el sector ha comprendido que había que reforzar la presencia en los mercados internacionales e invertir en tecnología y en maquinaria de última generación, así como ser innovadores en diseño, algo fundamental para ganar posiciones en el extranjero.

Según un estudio realizado por Extenda, que es la agencia de internacionalización empresarial de la Junta, Córdoba es la provincia andaluza en la que el mueble ocupa a más personas y la que tiene más locales dedicados a esta actividad. A fecha de diciembre del año 2016, este ámbito productivo cuenta con 2.689 afiliados a la Seguridad Social (régimen general y autónomos), una cifra que se alcanza tras un bienio de aumento de la cifra de ocupados. Pero la mejoría es insuficiente para paliar la debacle que supuso la larga etapa de crisis. Los casi 2.700 afiliados que mueve la fabricación de muebles son 1.273 menos que los que había en diciembre de 2009 (3.962), lo que supone un 32,1% trabajadores menos que siete años antes. En Córdoba, del 2010 al 2014, se encadenaron cinco ejercicios consecutivos en los que los afiliados a la Seguridad Social se redujeron. El desplome fue del 38,4%, lo que significa la pérdida de 1.522 empleos.

En el 2015, en un clima de recuperación económica, la provincia logró cambiar la tendencia y la fabricación de muebles ganó ocupados, algo que volvió a ocurrir en el 2016. En el último bienio, las empresas del sector suman 249 trabajadores más, lo que implica una subida del 10,2%. «Es imposible volver a los datos que teníamos antes del año 2007, pero este 2018 esperamos afianzar una situación de crecimiento positivo que se inició hace tres años», indica Enrique Fernández.

Desde CECO Madera, que surgió en el 2013 y tomó las riendas del sector tras la desaparición de Unemac, apuestan fuertemente por impulsar un plan renove del mueble de Andalucía. Esta iniciativa ya existe en otras comunidades autónomas y consiste en dar ayudas al cliente para estimular el consumo y, por consiguiente, el empleo. Igualmente abogan por que la Escuela de la Madera de Encinas Reales recupere su acreditación como centro de referencia nacional porque solo así podrá beneficiarse de los fondos europeos.

En el caso de la joyería cordobesa, «la crisis nos ha golpeado fuertemente», indica Milagrosa Gómez, quien recuerda que «hemos perdido un gran número de empresas y las que han podido sobrevivir ha sido porque han buscado vender sus productos en el exterior». Aunque la complicada coyuntura económica «aún no ha terminado, sí podemos decir que vamos mejorando poco a poco y que las ventas están subiendo algo, sobre todo a partir del año 2015-2016», añade la presidenta del sector.

Según datos del INE, la joyería ha perdido 416 establecimientos en la última década, lo que supone un 41% menos. Ahora se contabilizan en torno a 500 empresas. La Universidad Loyola Andalucía ha presentado hace unos días el primer estudio que da datos concretos del sector joyero en Córdoba y concluye que en su seno trabajan 1.000 fabricantes, en su mayoría empresas medianas y pequeñas, que generan 15.000 empleos directos e indirectos. Este ámbito supone un 1,29% del Producto Interior Bruto de la provincia y las previsiones apuntan a que crecerá un 1,25% anualmente. En esta radiografía económica del sector también se apunta a que el 60% de la joyería nacional está hecha en Córdoba o que la industria de la joyería genera, entre rentas del trabajo y del capital, suministros e importaciones, la cantidad de 138,3 millones de euros. Milagrosa Gómez ha constatado el relevo generacional en las empresas joyeras y que el perfil de los trabajadores es cada vez más profesionalizado y preparado no solo en diseño, sino en comercio exterior, idiomas y nuevas tecnologías, factores clave para la internacionalización del sector, que persigue desde hace tiempo la declaración como indicación geográfica protegida (algo similar a la DOP de la agroindustria).

En los últimos años, el tejido productivo de la joyería, consolidado durante décadas como referente nacional, ha sufrido uno de los mayores índices de destrucción de empleo. Según los datos ofrecidos por los sindicatos, desde que se inició la crisis en el 2008 el 60% de los puestos de trabajo destruidos en la industria de Córdoba fueron del sector de la joyería. Se calcula que, en total, fueron 6.000 los trabajadores que se quedaron sin empleo en este ámbito. A pesar de que la crisis se ha llevado por delante puestos de trabajo y empresas, «con lo que no ha podido es con la marca joya cordobesa, que tiene la misma fuerza que antes», indica Milagrosa Gómez.