La nueva central térmica -que contará con 4 calderas y 6 enfriadoras para climatización, además de 4 generadores de vapor de alto rendimiento- producirá un importante ahorro energético, económico y medioambiental. La reducción del consumo energético se debe al cambio en el sistema de producción y también a que se acerca el nodo de producción a los puntos de consumo. Actualmente, el conjunto de los centros consume unos 40.000 MWh anuales (39.683,24 MWh), lo que equivaldría al consumo anual de un pueblo de unos 10.000 habitantes, según los datos de consumo medio poblacional del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Otro hecho destacado es que la construcción de las nuevas instalaciones va a aumentar la capacidad de producción energética, de modo que el hospital podrá generar un 50% más de frío y un 20% más de calor, y esto posibilitará una reserva energética que mejorará la seguridad de las instalaciones. Además, se producirá una importante rebaja de las emisiones de CO2, que se estima en un 25%. Otro aspecto significativo es la reducción de emisiones de ruido gracias al encapsulamiento de los equipos de producción en la nave. El Reina Sofía destacó que todo el plan de actuación se ajusta a las recomendaciones emitidas por el IDAE y la Agencia Andaluza de la Energía, cuyo modelo de eficiencia energética incluye, por un lado, la implantación de energías renovables tales como la biomasa, la cogeneración, la energía solar fotovoltaica y la energía solar térmica y, por otro, el uso de nuevas tecnologías, como los compresores centrífugos de levitación magnética.