La Plataforma Mezquita-Catedral de Córdoba Patrimonio de Todos ha elevado dos nuevos informes a la Junta de Andalucía y en concreto a la titular de Cultura, Rosa Aguilar, para denunciar «el mal uso y la desnaturalización» del espacio por parte del Obispado de Córdoba, que «en su afán por eliminar la identidad arábigo-andaluza y la huella andalusí» del monumento no hace sino «intensificar la presencia de iconografía católica» en su interior. La plataforma lamenta que la presencia de elementos religiosos se haga «sin un plan de usos coherente» y sostiene que desfiguran la interpretación histórica de la Mezquita-Catedral. Miguel Santiago, presidente de la plataforma, recordó que es precisamente el legado andalusí el que otorgó al edificio el título de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Es más, en opinión de los miembros de esta plataforma, constituida en 1994 y que defiende la gestión compartida, «la ocupación injustificada sobre todo de dos espacios centrales del edifico perturban la narración del monumento» y se ha hecho con criterios «arbitrarios» y exclusivamente «religiosos, ni patrimoniales, ni históricos».

José David Luna, miembro de la plataforma, ilustró la denuncia de este colectivo con algunos de los múltiples ejemplos que se recogen en las páginas de sus informes: carteles colocados «agujereando» los muros exteriores de la Mezquita, la colocación de cuadros religiosos «de dudoso valor artístico» por el recinto, la creación de un nuevo altar, la instalación de los urinarios en el muro de la Quibla o de un San Juan de Ávila y un facistol para lecturas litúrgicas en ese lugar sagrado para los musulmanes.

La plataforma aboga por que la Junta actúe «como administración responsable» del monumento y «principal garante» de su identidad histórica e impulse la gestión compartida, a través de un patronato y criterios «científicos y técnicos».

Por otro lado, han aplaudido la constitución de una comisión histórico-jurídica municipal, presidida por Mayor Zaragoza.