El área de Servicios Sociales del Ayuntamiento ha sacado a concurso la contratación del programa destinado a prevenir la mendicidad infantil. El Programa para la integración de menores y familias en situación de exclusión social residentes en infraviviendas, que así es como se llama y que no es nuevo, ha sido licitado por 727.320 euros y un periodo de dos años (363.660 cada ejercicio) prorrogable hasta un máximo de dos ejercicios más. El plazo para presentar ofertas acaba el 15 de mayo.

Según consta en la memoria, desde el 2003 el Ayuntamiento viene detectando grupos de personas procedentes de países del Este, sobre todo de Rumanía y de etnia gitana. El documento explica que más de la mitad de los núcleos de población rumana están «asentados de forma irregular» en chabolas o tiendas de campaña «en condiciones de precariedad e insalubridad», mientras que el resto convive «en pisos deteriorados, locales o naves industriales», en los que se producen «situaciones de hacinamiento», y que su principal medio de subsistencia «es la mendicidad». Desde entonces, el Ayuntamiento ha llevado a cabo distintos programas y desde el 2010, y bajo la denominación actual, aplica dos líneas de trabajo, la de intervención en la calle y el servicio de estancia diurna para los niños. Ahora, al ver que el riesgo de exclusión continúa, y al carecer de «perfiles profesionales» y de «recursos humanos» para desarrollar la actividad, ha decidido tramitar el contrato para continuar con la labor de prevención de la mendicidad.

El objetivo es contactar con familias con menores a su cargo o mujeres en avanzado estado de gestación en situación de vulnerabilidad. La unidad de intervención social en la calle se encargará de atender en los asentamientos o en la vía pública a las personas que ejercen la mendicidad con sus hijos, informándoles de los recursos existentes y facilitándoles el acceso a los mismos, así como intentando prevenir situaciones de desigualdad y violencia de género. Su misión será también detectar menores sin escolarizar, ayudándoles a ello. Por otro lado, el servicio de estancia diurna infantil consistirá en un aula para niños en situación de exclusión social ubicada en la escuela Félix Ortega. Se trata de un aula-puente en la que se prepara a los menores para su posterior integración en un colegio y se les presta la atención que necesitan en alimentación, higiene y sanidad. La empresa que se encargue del servicio correrá con los gastos de higiene y alimentación.

Para llevar a cabo el programa, hace falta un trabajador social, un educador, un intérprete rumano, y dos monitores infantiles. Además, la empresa adjudicataria pondrá su sede y los medios materiales necesarios.