"Pienso dar el Gordo de la Navidad", repite María Dolores García, propietaria de la administración de lotería La ilusión , en la avenida de Granada. Después de 35 años dedicada al negocio de repartir suerte, reconoce que tiene "toda la alegría y la ilusión por dar el Gordo. Es lo único que no puede faltar, la ilusión", comenta. Lo mismo opina Ana, de la administración de lotería número 18, en la avenida de la Viñuela, que vendió el tercer premio que repartió supermercados Deza en el 92. Respecto a cómo van las ventas, Ana tiene "la impresión" de que se está vendiendo "un poquito más". "Hay más alegría en las compras, aunque no se iguala a los buenos tiempos", matiza. Las asociaciones de consumidores hablan de que hay mayor predisposición a comprar y calculan que en Córdoba se gastará una media de 37,38 euros.

Córdoba es la cuarta provincia de la región que más invierte en este juego, y aunque la percepción general es que se ha producido un incremento de las ventas, realmente la cifra se ha ido reduciendo los últimos años. Para el 2014, Loterías y Apuestas del Estado ha consignado en Córdoba 199.858 billetes, que suponen un gasto de 39.971 millones y que deja una consignación por habitante de 49,81 euros. El año pasado se consignaron 205.070 billetes, que supusieron un gasto de 41 millones; mientras que en el 2012, se vendieron 231.692 décimos, que costaron 46,3 millones de euros a la provincia. El delegado de Loterías y Apuestas del Estado de Córdoba, Francisco Quesada, advierte que entre lo consignado y lo que finalmente se vende puede haber variación. "Los últimos son días de devoluciones y hasta mañana no sabremos los datos --comenta--. En cualquier caso, la sensación que nos transmiten las administraciones es que se está vendiendo un poco más".

Además, la venta de décimos a través de internet es cada vez más habitual, de modo que los números consignados en Córdoba puede haberlos comprado cualquier persona en Mallorca y, lógicamente, a la inversa. También hay los que están abonados todos los años al mismo número. Es lo que ocurre en la hermandad del Resucitado, donde siempre juegan el 23.560. Manolo Murillo, el hermano mayor, dice que las ventas han ido "mejor que el año pasado" y reconoce que comprar participaciones es más fácil que el décimo entero.

En Córdoba capital ha tocado el Gordo solo en dos ocasiones, en 1963 y 1978. En Pozoblanco tocó en 1961; en Hinojosa del Duque, en 1986; en Lucena, en 2002 y en Nueva Carteya y Priego en 2012. Sea como fuere, cuando el lunes los niños de San Ildefonso nos despierten cantando los números, volverán a repetirse las escenas de alegría y champán y las frases de cada año: "me servirá para tapar agujeros", "está muy repartido", "y eso que era un número feo". Lo mejor, por si acaso, es comprar algo, que camareros como el del anuncio no se estilan en Córdoba. Y si el lunes no toca, siempre nos quedará el Niño.