El villarrense Pedro Calzada pertenece a una saga de conocidos hosteleros de esta localidad cordobesa y celebra su tercera temporada como camarero del restaurante El Pimpi.

--¿Cómo se encuentra aquí?

--Muy a gusto. Es un restaurante muy acogedor. A la vista está cómo se ve de gente todos los días. Lo malo es la distancia con la familia.

--¿Qué supone trabajar en El Pimpi?

--Un lujo. Para mi trayectoria profesional es un aval fundamental. Espero seguir trabajando muchos años más. Trabajar en esta casa es un lujazo.

--¿Como se presenta El Pimpi en temporada estival?

--Aparte de su tradicional pescaíto frito y marisco de Málaga, ofrece una amplia variedad en coctelería, así como de carnes a la parrilla y jamón, donde tenemos el privilegio de contar con un campeón nacional de corte.

--¿De dónde hay camareros?

--De Córdoba, Sevilla, Málaga, Argentina, Colombia, etcétera.

--¿Cómo valora el entorno?

--Es un privilegio trabajar en el corazón de Málaga y en la terraza de El Pimpi. Está frente a la Alcazaba, el teatro romano, linda con el Museo Picasso y está todo a mano. Es muy agradable y tranquilo.

--¿Qué mensaje lanza a los cordobeses que no han descubierto esta zona?

--Sobre todo que visiten Málaga capital, que ha dado un cambio radical en dos o tres años. Quiero mucho a Córdoba, pero Málaga tiene mucho también que ofrecer, como la playa de La Malagueta, el Museo Thyssen, la Catedral, la calle Larios, etcétera. Merece la pena dejar un día la costa para venir a Málaga y visitarla porque merece la pena.

--¿Sigue pendiente de la actualidad cordobesa?

--Si. Estoy informado por las redes sociales y la prensa. La tierra se echa de menos.

--¿Qué recomienda a los lectores a probar en El Pimpi?

--Sobre todo pescaíto frito, su vino dulce y el jamón de bellota e ibérico de castaña, este último exclusivo de la bodega.