Las vibraciones del paso constante de trenes junto a la estación de autobuses de Córdoba ha provocado el deslizamiento de varios de los sillares de granito de la fachada, según confirmó ayer a este periódico la delegada de Fomento de la Junta, Josefina Vioque. Esta situación ha generado que la Dirección General de Movilidad de la Junta de Andalucía esté estudiando la manera de acometer el asunto para evitar posibles daños.

Los deslizamientos de los sillares de granito, que tienen un peso de unas 12 toneladas cada uno, se aprecian en varios puntos de la pared que cierra la instalación y en algunos casos el movimiento experimentado es considerable, aunque según respondió ayer a este periódico la delegada de Fomento, «no entrañan ningún peligro».

El edificio, que es gestionado por una UTE de varias empresas, es propiedad de la Junta de Andalucía, que es la que está estudiando la manera de acometer esta eventualidad, ya que, según expuso Vioque, es algo que hay que hacer con mucho cuidado y respetando las singulares características del edificio que obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura en el año 1999.

La estación de autobuses de Córdoba se inauguró en octubre del año 1998 y es obra del arquitecto César Portela Fernández-Jalón, que fue premiado por su trabajo, ya que además de la singularidad del disdeño, consiguió integrar los restos arqueológicos encontrados durante los movimientos de tierra.

La pared de cerramiento de las instalaciones forman un rectángulo de ciento diez metros de lado por seis de alto. El muro exterior está construido con sillares de granito gris de 50 centímetros de ancho y de largo variable, con un peso aproximado de cada uno de ellos de unas 12 toneladas.

Los sillares desplazados se encuentran en varios puntos del cerramiento y son visibles tanto desde exterior como desde el interior del recinto. Hay varios en cada uno de los extremos de la fachada principal, y algunos otros en la pared de la derecha, el más llamativo justo encima de una marquesina que cubre varios autobuses que están en espera, pero lejos del paso de los usuarios, por dentro; pero por fuera, todos estos sillares dan a la calle.

Preguntada desde este periódico la empresa que gestiona estas instalaciones, se limitó a decir que su competencia se circunscribe a la gestión de los servicios, pero que el mantenimiento corresponde a la Junta de Andalucía. Así, puesto este periódico al habla con la Consejería de Fomento, han informado que la peculiaridad de los trabajos a acometer y el respeto que requieren por la singularidad del edificio es lo que está haciendo que se esté estudiando despacio la manera de acometerlo.