El puente Romano y la Puerta del Puente cuentan desde ayer con nuevos elementos decorativos en sus inmediaciones. Al menos, eso es lo que opinan los turistas y visitantes de la ciudad, que aseguran que, si no hubieran estado en esos lugares con anterioridad, pensarían que forman parte del entorno. Se trata de los bolardos que se han colocado como medida de seguridad frente a posibles ataques yihadistas y que, al menos por ahora, cuentan con la aceptación de la mayoría de los turistas, que coinciden en que «es una medida muy buena». Concretamente, Iván y Sofía, dos turistas valencianos, comentan que «es una buena forma de conseguir que haya una mayor sensación de seguridad, sobre todo teniendo en cuenta lo que ha ocurrido en Barcelona y en otras ciudades europeas».

Por otra parte, a los vecinos de la zona les preocupa que con la colocación de estos macetones se puedan obstruir las vías de acceso a la zona de la Mezquita-Catedral desde el Puente Romano, o que los bomberos, la policía y las ambulancias no puedan acceder a la zona en caso de emergencia. Manuela Revuelta, dueña de la tienda de regalos San Rafael, muy próxima a la Puerta del Puente, asegura que, pese a que considera buena la iniciativa de tomar medidas de precaución, también se muestra preocupada por posibles taponamientos; «creo que el arco de la Puerta del Puente queda algo justo para el paso de los viandantes con dos bolardos, creo que poniendo solo uno, pero más grande, sería igual de efectivo y dejaría más paso para la zona peatonal», comenta. Otros vecinos, en cambio, creen que estos macetones hacen un flaco favor a la estética de los monumentos colindantes.

Preocupaciones y cuestiones estéticas aparte, las reacciones positivas en cuanto a la mejora de la seguridad son el principal denominador común entre turistas y locales.