El Palacio de Congresos abrirá su puertas en verano. Ese es el plazo dado por el delegado de Economía, Manuel Carmona, durante la visita a las obras organizada esta mañana, en la que ha estado la delegada del Gobierno, Esther Ruiz, el delegado de Cultura, Francisco Alcalde, y el director general de Comercio, Raúl Perales.

Cuando termine la obra que ejecuta en estos momentos Tragsa, hecho anunciado para junio, de la primera fase de la intervención, la Junta pondrá en uso el salón plenario y tres salas más (Luis de Góngora, Pablo Céspedes y Hernán Ruiz). En ese momento, y sin interrupción, comenzará una segunda fase, que afectará al entorno del patio mudéjar. En la segunda fase se actuará sobre las salas Ramírez de Arellano, Juan Bernier, Beatriz Enriquez, Julio Romero de Torres y Ambrosio de Morales.

En total, la Junta lleva invertido en la reforma del edificio 5,3 millones, a los que se sumará el dinero que cueste la obra que empezará en verano. Los cálculos del delegado de Economía son que el Palacio de Congresos de la calle Torrijos se lleve una inversión de 9 millones de euros, lo que triplica el presupuesto previsto en un principio cuando en el 2013 empezó la rehabilitación.

Con la obra que se ejecuta ahora, el salón plenario pasará de tener 540 butacas a 759. El salón se convertirá en un espacio polivalente con butacas fijas, deslizantes o escamoteables. El espacio destaca por su cubierta y anfiteatro. Dentro de esta primera fase, además de en la fachada y en el patio azul, que son las actuaciones anteriores a la paralización de la obra en el 2015, se está actuando en la muralla.

BARRERAS ARQUITECTÓNICAS

Durante la segunda fase se eliminarán barreras arquitectónicas, se renovarán las cubiertas, ya que se ha detectado amianto, se reforzará la estructura y se adecuarán las instalaciones. Las tareas girarán en torno al patio mudéjar, al que se le pondrá pavimento de vidrio y se cerrará su galería superior. También se restaurará la carpintería. En la sala Ambrosio de Morales se cambiará el techo de escayola por uno de madera debido al amianto. La sala Julio Romero de Torres será restaurada y tendrá una iluminación nueva. La idea es usarla como sala polivalente. En cuanto al patio italiano, que está cerca de la cocina, se convertirá en terraza de la cafetería y tendrá un uso independiente del edificio. La cubierta de teja del patio italiano será eliminada, lo que permitirá resaltar sus columnas, y contará con un jardín vertical en uno de sus laterales.

El delegado ha explicado que en unos días habrá una encomienda de gestión de Comercio a Economía para sacar a concurso la concesión para que una empresa se encargue de la gestión del edificio, de forma que cuando acaben las obras todo esté listo para abrir.