La ciudad de Córdoba atrae al año a más de un millón de visitantes nacionales e internacionales, cuyos gastos en hostelería y turismo conforman uno de los principales motores económicos de la ciudad. A estos ingresos hay que sumarles los que generan los comercios de regalos y souvenirs que se encuentran en las inmediaciones de la Mezquita-Catedral y la Judería, en pleno corazón del casco histórico. Y es que, si algo parecen querer quienes visitan Córdoba, además de admirar los monumentos locales y la mezcla de culturas que se respira en sus calles, es llevarse un pedacito de la ciudad consigo.

El negocio que se ha creado en torno a los souvenirs y los artículos de recuerdos de las ciudades más turísticas genera grandes ganancias en todo el mundo (España no es el único país que vive, en parte, del turismo), aunque esta globalización también ha afectado de forma sorprendente a la variedad de productos que se pueden encontrar en estos comercios, incurriendo en alguna que otra incoherencia geográfica y pudiéndose encontrar imanes de flamencas y paellas en pleno centro turístico de Barcelona, como si de un producto típico del lugar se tratase. No obstante, hay ciertos artículos que pueden encontrarse por igual a lo largo y ancho del territorio español, bien por cliché turístico o porque realmente representan la marca España, como pueden ser los artículos de regalo con la imagen del toro bravo.

En los comercios cordobeses especializados en la venta de este tipo de productos, esta incoherencia no es excesivamente explícita. Además de los artículos característicos presentes en todas las ciudades españolas (toros bravos, camisetas con el manido lema I love Spain, etcétera), en Córdoba predominan los productos que sí son verdaderamente representativos de la ciudad. Imanes de la Mezquita-Catedral y de macetas con flores en honor a los patios; castañuelas; abanicos con imágenes de Córdoba; bisutería realizada con filigranas de plata; figuras de gitanas de todos los tamaños y colores, así como cerámica califal y productos de cuero son los principales artículos propios de la cultura y la artesanía cordobesas que cualquier turista (y también habitante local) puede adquirir en estos comercios. No obstante, la variedad de productos locales también incluye alguna que otra referencia a los productos típicos de otras localidades andaluzas, como Granada.

Esta oferta responde, sin duda, a la demanda que hacen los consumidores. Y es que en el mercado de los souvenirs también existen tendencias y modas. Mercedes Alamillo, de la tienda de regalos El Rosario, una de las más antiguas de la calle Deanes, afirma que «ahora mismo la moda retro está pegando muy fuerte y nos piden las típicas figuras que representan a la España y Córdoba profundas, por lo que se venden muchas figuras de toros y de gitanas, incluso entre turistas nacionales, que las compran para decorar sus casas siguiendo esta tendencia». Así, los turistas nacionales del norte son los que compran más recuerdos característicos del sur peninsular, mientras que entre los turistas internacionales son los chinos y los árabes los que más se animan a comprar recuerdos de su visita a la ciudad.

En cuanto a su procedencia, muchos de los productos muestran en sus etiquetas que su fabricación se ha realizado en España, algo que seguramente apreciarán los turistas extranjeros que los compren, que agradecerán que el artículo que tengan de Córdoba no esté fabricado en Taiwán. Así, muchos de los productos de cerámica califal se hacen en la localidad cordobesa de La Rambla, conocida por este tipo de productos. No obstante, también encontramos imanes y figuras fabricadas en otros puntos de la geografía española bastante alejados de Córdoba y Andalucía, como por ejemplo Palma de Mallorca.

Lo más demandado son artículos pequeños y fáciles de transportar sin que se dañen, por lo que los precios de estos oscilan entre los dos y los siete euros. Con esto, hay otros artículos que, por su singularidad, tienen precios visiblemente más elevados, alcanzando los 60 euros o incluso superando los 100 en los productos más elaborados.

A la singularidad de estos artículos hay que añadirles la de las propias tiendas. Rosa Almirón, dueña de la tienda de regalos Alfar Ibérico, en la calle Magistral González Francés, comenta, frente a la progresiva estandarización de este tipo de comercios en toda Europa, que «nuestras tiendas deberían seguir reflejando, al igual que nuestros productos, una identidad propia de Córdoba, no tiene sentido que ahora pretendan que las tiendas de recuerdos turísticos sean iguales aquí y en Alemania, por ejemplo».

Y es que, al fin y al cabo, se puede tener un singular pedacito de Córdoba por muy poco.