Muchos definen el Carnaval como el «periodismo cantado», Más allá de eso, las agrupaciones interpretan coplas que expresan la opinión del pueblo hacia temas de gran relevancia social, como la sentencia del caso Nóos o la resolución de la auditoría de la Carnavalesca.

Con esta pretensión llegaron las ocho agrupaciones de la primera semifinal al Gran Teatro. Levantó el telón la chirigota infantil Los extraordinarios extraescolares, que en su primer pasodoble recordó a todos sus componentes. La función continuó con otra chirigota. En este caso, el grupo de Pozoblanco Nos pierden las formas cantó un segundo cuplé en el cual explicaron los problemas de sus componentes para cantar, aunque le recordaron al jurado que el próximo viernes, día de la Gran Final, le «viene de categoría».

En esta función actuaron dos comparsas sevillanas. La primera, Los patitos feos, homenajeó a los abuelos en el primer pasodoble. Su segundo tuvo un componente crítico al tratar la corrupción de un país «de derrotistas entregados al declive de una patria sin futuro».

El ecuador de la función lo puso la chirigota aguilarente Enemigo público Nº1. Sus pasodobles llenos de sentimiento dieron paso a dos simpáticos cuplés. Ambos fueron rematados con un estribillo en el que multaron a Iñaki Urdangarin y Antonio Navajas, anterior presidente de la Carnavalesca. Acto seguido, llegó el turno de la otra comparsa hispalense. Los dragones de Fuego interpretaron una letra de pellizco dedicada al malogrado poeta Federico García Lorca, quien «todavía sigue enterrado en una fosa».

El úlimo tercio de esta semifinal comenzó con el cuarteto Dos reales y pico. Una simpática parodia, en la que investigaron el futuro, y dos animados cuplés provocaron la gran ovación de la noche. Esta dosis de humor dio pasado al sonido añejo de la comparsa de Pepe Martínez De mis manos a tus sentidos. La poesía a Córdoba de su primer pasodoble dió paso a un segundo crítico sobre un concurso de «peleles» que «juegan con tu ilusión». La función la concluyó la chirigota La comunidad. Tras recordar a antiguos personajes del carnaval cordobés y criticar las cláusulas suelo con una letra sensible, sus cuplés y el popurrí dejaron en el respetable una sonrisa para marcharse a casa.