La ONCE presentó ayer la memoria social y económica del año 2013, un año que se saldó en Córdoba con la creación de 105 nuevos empleos pese a la caída del 3,53% en la recaudación de la organización, que sufre los efectos de la crisis y del impuesto creado por el Gobierno sobre los premios de más de 2.500 euros, un 20% que no se eximen las entidades benéficas.

A pesar de ello la ONCE destinó 16,9 millones de euros a inversión social, con la que se fomentó la contratación de personas discapacitadas (el colectivo con más paro de España, donde roza el 60%), formación y la destrucción de barreras arquitectónicas entre otras labores cuyo beneficiarios son los más de 70.000 personas con discapacidad de todo tipo en la provincia.

Logran incrementar sus actuaciones de integración gracias a un aumento de sus afiliados, 1.363 personas en Córdoba, que compensa los bajada de los ingresos obtenidos a través de sus productos de juego, 40,22 millones de euros. Más del 50% de este dinero se devolvió en forma de premios; 20,38 millones que hacen de Córdoba la provincia más afortunada de Andalucía.

Siendo el operador de juego más pequeño del mercado es el único con el certificado europeo de responsabilidad, reintegrando un 90% del dinero que recibe. En palabras de Patricio Cárceles, delegado de Andalucía, Ceuta y Melilla, "el capital humano es el principal activo de la ONCE", motivo por el que recibieron el pasado año el premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

En total la ONCE emplea a 2.108 personas en Córdoba, lo que se traduce a nivel comunitario en uno de cada 211 empleos de Andalucía, el 80% de ellos sin relación con discapacidades diferentes de la ceguera. Es, por tanto, el principal generador de puestos de trabajo entre las personas con discapacidades, a las que además procura cursos de formación laboral, educativa y recursos para la realización de deportes adaptados.

Con estas cifras se celebra el 75 cumpleaños de la institución.