Las obras del Templo Romano empezarán el 27 de marzo. Esa es la fecha anunciada esta mañana por el presidente de la Gerencia de Urbanismo y primer teniente de alcalde, Pedro García, que ha explicado que la intervención consistirá en la conservación y restauración del Templo Romano y de las antérides, y que será la primera fase de las dos que se van a llevar a cabo. Esa primera fase durará cuatro meses y costará 200.000 euros. Patrimonio Inteligente será la empresa encargada de llevar a cabo la intervención. Después, la segunda fase, presupuestada en 400.000 euros, se encuentra en la etapa previa a la licitación, por lo que habrá que esperar tres o cuatro meses como mínimo hasta su adjudicación e inicio de las obras. Según ha indicado García, esa segunda fase será dictaminada mañana por la Comisión de Patrimonio de Cultura.

La arquitecta Carmen Chacón, que ha participado en la redacción de los proyectos de las dos fases junto con el jefe del servicio de Arqueología de Urbanismo, Juan Murillo, ha indicado que en la primera fase se trabajará sobre el propio monumento, para conservarlo, protegerlo y restaurarlo. Chacón señala que los trabajos se harán siguiendo dos líneas. Por un lado, actuando en los restos de sillería de las cimentaciones del templo y en el muro de contención de la plaza donde se ubicaba el mismo. Por otro, se actuará sobre los trabajos que realizó Félix Hernández a mitad del siglo XX, centrados en columnas y pilastras.

Chacón explica que "como hay sillares en mal estado, se hará primero un proceso de consolidación para poder realizar luego una limpieza sin afectar a las piezas". Como curiosidad, se van a reproducir en 3 D las marcas de cantero detectadas en el Templo Romano para exponerlas en el centro de interpretación. Además, se actuará en los dos restos de yacimiento que hay en el solar de María Cristina, que se corresponden con las cimentaciones de la plaza que estaba alrededor del templo.

La segunda fase, según indica la arquitecta, será la obra civil propiamente dicha e incluirá la pasarela que permitirá pasear por el templo.

El centro de interpretación no forma parte de estas dos fases sino que va a incluido dentro de un proyecto distinto que redacta el Ayuntamiento.

Las previsiones del Ayuntamiento son tener el Templo Romano visitable para final de año, aunque, y según asegura Carmen Chacón, todo dependerá de la reducción de plazo de la segunda fase, que se prolongará durante unos cuatro meses también.

Con esos plazos difícilmente se cumplirá la fecha límite del plan turístico de grandes ciudades, que es en octubre de este año. Pedro García reconoce las dificultades para ello, ya que queda la Torre de la Inquisición, Regina y el Templo Romano. García ha hecho hincapié en la dificultad de estos proyectos, que "ha costado redactarlos, que son temas muy complejos y los procesos de adjudicación se vuelven un infierno".