Una de las obras más reivindicadas por los vecinos del entorno de El Higuerón, la carretera Puesta en Riego, o CH-2, está a punto de culminar. Así lo ha anunciado hoy en Córdoba el delegado del Gobierno andaluz, Antonio Sanz, que asegura que para la semana que viene, en concreto el 19 de octubre, se dará por finalizada la obra de esta vía que afecta a dos tramos y a los términos de Córdoba y Encinarejo. El tercer tramo, el de Almodóvar, también se va a ejecutar. Sanz ha explicado que el proyecto está en la fase de licitación, a la que se han presentado 19 empresas, cuyas ofertas se están evaluando, por lo que solo queda elegir a la que finalmente llevará a cabo la obra. Sanz asegura que en los próximos meses se conocerá a la firma adjudicataria y que a principios del 2018 estará el tramo en obras, que acabarán "antes de junio", ya que tendrán un plazo de ejecución de tres meses.

Cuando la CH-2 esté totalmente arreglada, entre un proyecto y otro, el Gobierno central habrá invertido, a través de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, más de 1,5 millones de euros, ya que la fase que llega ahora a su fin está presupuestada en un millón y la del tramo de Almodóvar, en 423.206 euros. A través de estas actuaciones se mejorarán más de 15 kilómetros en total de una vía que nació como camino agrícola y que ha ido ganando en tráfico, hasta el punto de que en la actualidad la recorren más de 17.000 vehículos al día.

Cuando el acondicionamiento de la CH-2 esté totalmente terminado, la CHG cederá la vía a la Diputación, que se encargará de su conservación y mantenimiento.

El presidente de la CHG, Antonio Ramón Guinea, asegura que "era preciso" acometer el ensanche de la vía, el refuerzo del firme para dotarla de mayor capacidad para vehículos, y habilitar acerados o arcenes con medidas de seguridad.

Hormacesa ha sido la empresa encargada de los trabajos, que empezaron hace un año con un presupuesto de un millón de euros y un plazo de ejecución de 9 meses. Aunque en un principio el objetivo era acabar la obra para final de junio del 2017, el proyecto ha sufrido diversas vicisitudes que lo han retrasado, con varios parones incluidos. Durante el transcurso de las obras se han tenido que hacer algunos cambios para adaptar el firme a los requisitos de una carretera y no de una vía urbana, tal y como reclamaba la Diputación para aceptar la cesión.