El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha subrayado el hecho de que sin la constante intervención y buena labor del Cabildo Catedral de Córdoba, «que gestiona» el Conjunto Monumental Mezquita-Catedral, éste, que es «propiedad» de la Iglesia Católica, «estaría hundido hace tiempo». Demetrio Fernández, en una con Europa Press, recuerda que el Cabildo «es la institución más antigua de la ciudad, junto con el Ayuntamiento», y que la institución supone «un factor social impresionante» en Córdoba, en los ámbitos la caridad, por un lado; en el de la cultura, en un segundo término, y en el referido al culto, precisamente, en el principal templo de la diócesis.

MÉRITO OLVIDADO / Así, continuó, si la Mezquita-Catedral sigue en pie es porque el Cabildo, desde que Fernando III El Santo conquistó la ciudad en 1236, «ha sido capaz de mantener vivo» este monumento y templo, lo cual significa «sostenerlo, repararlo y abrirlo», una y otra vez, «a lo largo de los siglos, y hacerlo con tal celo, sobre todo en los últimos tiempos y en lo referido a la gestión turística», que ahora incluso TripAdvisor, según ha recordado el obispo, ha situado a la Mezquita «como mejor sitio de interés en Europa y tercero del mundo».

Ello se debe, según Fernández, a que «se acoge bien» a los turistas en un conjunto monumental, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, que está bien cuidado y gestionado.

VIAJE A WASHINGTON / El obispo de Córdoba ha hecho estas consideraciones tras su reciente viaje a Washington (EEUU) en donde, invitado por el Hudson Institute y acompañado por una delegación del Cabildo impartió una conferencia en la que consideró que «en Córdoba, -y ahora también en otras ciudades de España- estamos asistiendo a un ataque a la libertad religiosa como con la campaña que, apoyada por algunas instituciones públicas, busca expropiar nuestra Catedral».

«NO ES UN BIEN PÚBLICO» / Retomando el argumento, en la entrevista de ayer el obispo concluye que la Mezquita-Catedral «no es un bien público» y «no lo ha sido nunca, ni siquiera en los primeros momentos, pues el rey, cuando conquista la ciudad, entrega a la Iglesia» la entonces mezquita, que con anterioridad ya fue «un lugar sagrado», pues primero «fue basílica» cristiana, después «fue usado durante varios siglos como mezquita» y, finalmente, Fernando III tomó la ciudad «y no destruyó el templo», sino que «lo entregó a la Iglesia».

Con estos argumentos, el prelado afirma que está claro que «es un templo católico» y en el mismo «se ha potenciado muchísimo el culto», como lo demuestra el hecho de que el actual obispo celebra todos los domingos «la misa de 12, cuando antes no era así», y ello «hace que en torno al domingo se genere todo un movimiento en la Catedral», con la participación de «músicos, coros, cofradías y parroquias llegados de toda la diócesis», de forma que «la Catedral el domingo, que es el día de los católicos, se convierte en un foco de vida». En este contexto se entiende también que «la Catedral se haya convertido en la Carrera Oficial» de la Semana Santa, «porque el culto no es solo la misa del domingo, es también la piedad popular».

«SUPERLATIVA» SEMANA SANTA / Precisamente respecto al desarrollo de esta pasada Semana Santa, la primera con la Carrera Oficial en la Mezquita-Catedral y su entorno, el obispo ha asegurado que «ha salido superlativamente bien», señalando Demetrio Fernández que él ha «gozado» con los instantes que ha deparado esta pasada Semana Santa «como en ninguna», afirma respecto a las siete anteriores que ha podido presidir como obispo.

Más aún, en opinión del prelado «la Semana Santa de Córdoba ha llegado a su máximo esplendor», lo cual «es muy importante y es fruto de la labor de la Agrupación de Cofradías y del Cabildo». Eso sí, tampoco olvida el trabajo para el éxito de la pasada Semana Santa por parte del Ayuntamiento de la ciudad, cuya colaboración «ha sido fundamental», agradeciéndole «haya tenido la sensibilidad de responder» a la demanda de las cofradías, siendo también importante el papel de «la Consejería de Cultura con el tema de la (segunda) puerta».