Un equipo de ingenieros y veterinarios de la Universidad de Córdoba ha diseñado un sistema inalámbrico de monitorización para controlar la activida de las abejas, que en el año 2000 empezaron a desaparecer de sus colmenas y a adoptar actitudes que poco tenían que ver con su conformista función de obreras. La desaparición de las abejas fue bautizada por la comunidad científica como trastorno por colapso de colonias -CCD por sus siglas en inglés- y lleva casi dos décadas siendo estudiada desde diferentes perspectivas. Hay equipos que han relacionado ese trastorno con el uso de determinados pesticidas, que podrían estar afectando al sistema nervioso de las abejas; aunque ha habido investigaciones que lo relacionan con la reducción de la biodiversidad provocada por la intensificación de los cultivos. Y hay grupos, como el de Instrumentación Electrónica Industrial que lidera el profesor Antonio Moreno Muñoz y la Unidad de Apicultura del Departamento de Zoología de la Universidad de Córdoba que coordina José Manuel Flores, que para facilitar el estudio de las causas han ideado una herramienta de observación, de cierta inspiración orwelliana. Se trata de un sistema de monitorización remota a base de sensores inalámbricos, un servidor local y otro en la nube, que permite controlar en tiempo real la actividad desarrollada en una colmena sin que las abejas noten su presencia.

Es algo así como el Gran Hermano que imaginó George Orwell en su novela 1984, aunque el sistema presentado por la UCO en un artículo publicado por la revista Sensors no llega a ejercer el inquietante control que sufrían las víctimas de la policía del pensamiento, según señala una nota la Universidad de Córdoba. De hecho, el sistema bautizado como WBee pretende sólo facilitar la observación de la actividad de las colmenas a apicultores y científicos, no la intervención sobre ellas. El sistema está basado en el software libre y es fácilmente replicable y de bajo coste.