El día 1 de julio se pondrá fin en Córdoba al modelo tal y como lo conocemos del deporte base que ha habido en la ciudad en el último lustro. Quitando los seis clubs deportivos que gestionan las ocho salas municipales, el resto de la oferta deportiva en Córdoba es de índole privado. Los contratos de gestión que se rescindirán el 30 de junio estaban vigentes en algunos casos incluso desde el último trimestre de 1993 (es el caso del Adecor en la sala de barrio del Guadalquivir y del Adeba, en El Naranjo). Los clubs deportivos afectados por el cambio de modelo que se avecina son Adecor (Guadalquvir y Valdeolleros), Adeba (El Naranjo y Margaritas), Solypro (Santuario), Trotacalles (Ciudad Jardín), Apademar (Fátima) y Adesal (Fuensanta). Estos clubs emplean a unos 50 trabajadores (que no deberían tener problema con las subrogaciones de los contratos) y dan servicio a 5.000 usuarios y unos 1.200 deportistas de distintas disciplinas (desde fútbol a balonmano, pasando por baloncesto o gimnasia rítmica), sin contar con los miles de cordobeses que acuden en verano a las piscinas de la Fuensanta y el Santuario.

Los responsables de estos clubs consideran que la gestión indirecta ha ahorrado a las arcas municipales mucho dinero, y están convencidos de que la gestión directa será más costosa, sin contar la función social que ellos están desempeñando. En cualquier caso, consideran que después de 25 años es un buen momento para replantear la política deportiva municipal y analizar cuál debe ser el modelo a implantar. I.M.