El hospital Reina Sofía ha presentado hoy un trasplante en el que el centro hospitalario cordobés ha sido pionero a nivel nacional y que ha consistido en el primer injerto hepático auxiliar infantil de donante vivo por vía laparoscópica (mediante cirugía menos invasiva). En España solo se han efectuado 4 casos de trasplante hepático auxiliar (incluyendo el del Reina Sofía), pero el del hospital cordobés ha sido el primero a nivel nacional destinado a corregir la enfermedad metabólica rara que padecía una niña y además la extracción del hígado destinada a la donación se llevó a cabo por cirugía laparoscópica. Con esta operación el Reina Sofía se consolida en esta técnica quirúrgica para la donación de vivo hepática que en Andalucía solo se lleva a cabo en el Reina Sofía y en Europa únicamente en seis hospitales, pues ni en potencias como el Reino Unido o Alemania se efectúa la intervención para la donación de vivo hepática por vía larascópica.

La beneficiaria del trasplante, Nayra, una niña de 12 años, natural de Puente de Génave (Jaén) sufría una enfermedad rara metabólica (déficit de OTC, omitina transcarbamilasa) que estaba afectando a su hígado y le obligaba a seguir una dieta muy estricta. Esta menor no necesitaba un trasplante de hígado completo, sino un pequeño injerto de un donante. En su caso, la donante de vivo ha sido la madre de la pequeña, María Morales, que no dudó en cederle parte de su hígado a su hija, como ella misma ha declarado.

El jefe de Cirugía General y Digestiva del hospital Reina Sofía y responsable del programa de trasplante hepático, Javier Briceño, explicó que “el resultado de este trasplante es que el paciente queda con dos hígados. El suyo propio y el procedente de su donante. El trasplante auxiliar ayuda al hígado enfermo en circunstancias como la que se daba en este caso de que el órgano no era capaz de funcionar adecuadamente, pero sí podía hacerlo con el apoyo del auxiliar”. Se trata de un trasplante que se realiza en muy pocas ocasiones dado que está indicado para hepatitis fulminantes, en los que el daño hepático es muy grave y los pacientes necesitan un injerto urgente, y en enfermedades metabólicas, en las que el hígado está aparentemente sano, pero sufre un déficit metabólico que ocasiona un acúmulo de sustancias tóxicas que pueden producir un daño cerebral, que en esta paciente se ha evitado.

Briceño resaltó que “una vez llevada a cabo esta operación se podrá utilizar en otros contextos tanto para niños como para adultos. Se trata de una operación muy compleja, ya que ha habido que compartir las estructuras vasculares y biliares entre los dos hígados”. La intervención, que se prolongó durante 12 horas, fue realizada por dos equipos de cirugía hepática para donante y receptor, un total de 25 profesionales.