LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO: FUENGIROLA (MÁLAGA) EN 1941

TRAYECTORIA: ALCALDE DE CÓRDOBA (1979-1986), PARLAMENTARIO ANDALUZ, Y DIPUTADO NACIONAL

CARGOS ORGÁNICOS: FUE SECRETARIO GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA Y COORDINADOR GENERAL DE IZQUIERDA UNIDA

El excoordinador general de IU y exalcalde de Córdoba, Julio Anguita, presenta hoy en el Ateneo de Madrid su libro Conversaciones sobre la III República (ediciones El Páramo), escrito junto a la periodista Carmen Reina.

--¿Qué plantea en este libro?

--La idea del libro tiene 12 años de antigüedad. Lo presenté hace 11 por primera vez en Unidad Cívica por la República, en Madrid. Más tarde, cuando el Partido Comunista quiso hacer una conferencia sobre la república le entregué la estructura, pero lo guardaron. Entonces decidí lanzarlo yo, pero con una preocupación, que es lo que mueve la publicación de este libro.

--¿Cuál?

--Todo movimiento republicano que existe hoy y que se manifiesta a través de banderas, del himno de Riego y demás es un movimiento que no está organizado y que además vive del recuerdo permanente de la II República, que hay que dejar ya. Hay que hablar de la tercera república y hacerlo con una propuesta de futuro y no de pasado. Parece ser que el republicanismo es simplemente quitar al Rey y eso es un error. El republicanismo es mucho más importante que el Rey. Por lo tanto no se pueden gastar energías, estar atacando constantemente al Rey cuando las energías hay que emplearlas en crear una alternativa. Lo del Rey se resuelve luego con un billete de AVE y la frontera, eso no es problema.

--A eso se refirió exactamente cuando la semana pasada participó en la asamblea Frente Cívico Somos Mayoría, en donde dijo que no es republicano por ser antimonárquico.

--Yo no soy nunca anti nada. Soy pro algo. Soy comunista y consecuentemente no estoy de acuerdo con el sistema capitalista. Yo no me defino por ser contrario a alguna cosa, sino por tener una alternativa propia que lleve a una posición. Además, del Rey no tengo ninguna buena idea, ninguna buena imagen, no gasto mi tiempo en lanzar constantemente ataques contra el Rey o la monarquía porque la mejor manera de combatir la monarquía es una propuesta de república.

--¿Es una obsesión suya la tercera república?

--Es una obsesión desde hace muchos años. La tercera república no puede ser la continuidad de la segunda, tiene que ser un proyecto alternativo. Este libro lleva una propuesta en torno a siete ejes.

--¿Cuáles son?

--Derechos humanos, una democracia profunda, la laicidad del Estado, la austeridad (no recortes), Estado federal, cambio en la política exterior española y la paz.

--¿Qué ganaría España siendo republicana?

--Ahí me ha dado. Depende de qué república, porque si usted me dice mañana que la república va a venir y que vamos a quitar a Juan Carlos y ponemos a otro, yo no escribo libros y me pongo a jugar al dominó, que es lo que me gusta. No me interesa una república que todo sea cambiar al Rey para poner a un presidente... Vamos, que ni me muevo, que ni siquiera la voto.

--Entonces, ¿qué republica quiere?

--La que yo propongo, la de los siete ejes que ya hemos comentado.

--El comportamiento de miembros de la Casa Real está favoreciendo las simpatías hacia ese cambio en el modelo de Estado?

--Sobre la Casa Real hay un artículo espléndido de Javier Ortiz hace años donde decía que los medios de comunicación tenían un pacto que ocultaron todas las trapisondas del Rey, y el Rey ha hecho muchísimas trapisondas. El día en que aquí se haga un juicio en torno a lo que ha ocurrido, 23 de febrero incluido, sabremos la verdad de los hechos. Lo que pasa es que el Rey era como un arco que sostiene todo lo demás. Ahora lo que ocurre es que las trapisondas son tantas que a la clase dominante le está interesando que el Rey abdique para salvar la monarquía. El problema es que esa puede ser una solución para medio plazo.

--¿Es la república una solución a la crisis?

--La que propongo sí, porque lo que primero digo es nacionalizar la banca y los sectores estratégicos. Yo propongo la alternativa en base a una sociedad de pleno empleo, de más desarrollo sostenible, de más reparto del trabajo, de más protección social plena, de más investigación... Esta alternativa supone un giro en la política económica, que significa la intervención en la economía, porque no creo en el mercado, soy ateo de esa religión. Además, los hechos me demuestran que llevo razón en esta visión.

--¿Qué opinión tiene de los escraches?

--Pues que no me escandalizan. Es verdad que un señor diputado que está con sus hijos llegan los escraches y le molestan, pero también llega la policía y echa a la calle a familias con niños. El escándalo es que una sociedad hipócrita se escandalice ante eso, que no es agradable, pero no se escandaliza de la gente que ponen en la calle. De modo que esto es una guerra y yo no voy a condenar a los escraches.

--¿Y cabe esperar un crecimiento de la crispación social?

--Sí. Cuando la UE dice que hay que hacer más recortes, que hay que hacer más reforma en el mercado laboral, cuando está saliendo toda la miasma de la corrupción de este país, esto va a peor. Este país es ahora mismo esencialmente corrupto porque estamos dominados por la cleptocracia, que significa el gobierno de los ladrones.