La enfermedad no está reñida con el éxito. Adrián Martín, un niño de once años que padece de hidrocefalia, está triunfando con el himno de La Roja, gracias a no haber aceptado un ‘no’ por respuesta. Su talento es innato, como cuenta su madre. Comenzó a sospecharlo cuando el pequeño tenía solo un mes. «Lo tenía en mis brazos cuando escuché un quejido en forma de melodía. No podía creer que esa nota musical hubiese salido de mi hijo. Me asusté tanto que lo solté en la cuna y no se lo conté a ningún miembro de la familia, hasta que pude comprobar por mi misma que mi hijo tenía un don para la música», explica Toñi Vega emocionada. De hecho, su familia se dio cuenta que la vida de Adrián estaba vinculada con la música cuando «a los cuatro años se subió por primera vez al escenario y llegó a atraer a las personas que estaban fuera del recinto, impresionados con su voz», confiesa Rafael Martín, su padre.

El niño malagueño, conocido como ‘boquerón cordobés’, ya que su madre es cordobesa, se dio a conocer gracias a la difusión que tuvo el video que grabó con su hermana, interpretando la canción Qué Bonito, que en pocos meses tuvo la oportunidad de cantar con Rosario Flores en Lleno de Vida, su primer álbum, que ha alcanzado directamente el primer puesto en las listas nacionales y, en estos momentos, se encuentra a un paso de convertirse en disco de oro.

Tras ello, Mediaset le propuso a Adrián grabar Soy la Selección, el himno para apoyar a la selección española. Él no dudó ni un segundo, aún menos al descubrir que sería un dueto con José Mercé, maestro del flamenco y su gran ídolo. «Para mí ha sido un sueño cantar con Mercé en dos ocasiones, me lo pasé bomba», destaca el pequeño, dibujando una gran sonrisa en su rostro. El primer encuentro con el cantaor fue para cantar Malena en su primer disco y, desde entonces, se ha forjado una relación muy especial entre ellos, basada en la complicidad. «Mercé sacaba su lado más niño, por eso se lo pasaban tan bien», comenta su madre. Ana Farrillo, jefa de prensa del niño, aseguró que «está lleno de capacidades, ya que aprendió el himno de la Roja al repetirla un par de veces, dejándonos a todos perplejos en el estudio.» Ni que decir tiene lo feliz que está Adrián de dar voz al himno, tanto es así que comentó que «si gana España podría darse la posibilidad de hacer alguna actuación en Francia.»

Y es que es evidente que la música es su principal motivación. «La música ha sido su motor desde pequeño, porque mantiene su mente funcionando». El pequeño está entusiasmado en la escuela, gracias a este momento tan especial en su vida, que ni siquiera él imaginaba. Y esto no es todo, lo que verdaderamente engancha de él es su vitalidad, siempre está sonriendo, como dice Ana Farriña, «tiene una manera única de ver la vida y muestra una gran inquietud en cada cosa que hace». «Nunca nos ha dado mala noche, incluso cuando estaba recién operado, él mismo se cantaba para conciliar el sueño», recuerda su padre.